PAMPLONA - Otro exalumno del colegio Salesianos de Pamplona ha ofrecido esta semana su testimonio a este medio para confirmar que durante el año 1958 también sufrió en sus carnes la conducta abusiva del que era responsable del centro en el servicio de nocturnos, Manuel Ivorra, apodado como El Topi. Este docente, que fue señalado la semana pasada en una denuncia hecha pública por Iñaki, había tenido una estancia en el colegio durante cuatro décadas, según informó la institución, que le situó en Pamplona entre 1955 y 1995. Los mismos Salesianos afirmaron que hasta el momento no habían recibido ningún tipo de comentario, queja o denuncia del comportamiento de este sacerdote, que ejercía también de profesor de varias asignaturas, como la de Física y Química, en cuyas clases de refuerzo precisamente aprovechó para cometer los abusos sobre Iñaki. En este caso, Pablo (nombre ficticio), el nuevo estudiante que ha contactado con este periódico, se remonta al año 1958 para narrar la situación de tocamientos que sufrió. Pero es que, además, como viene relatado en la información inferior, Pablo entiende que la actuación de este religioso era de sobra conocida en el centro. Para añadir más carga al conocimiento público de dicha conducta, este alumno recuerda que hace unos años coincidió con un conocido del colegio durante un paseo y le preguntó precisamente por si había sufrido algún tipo de abuso por parte de El Topi.

Si bien Iñaki acudió al Arzobispado y al propio centro para denunciar los hechos que sufrió mientras estaba inconsciente en una especie de sala de laboratorio, Pablo no tiene por el momento mayor intención que compartir su testimonio con los lectores y hacer justicia sobre lo que ocurrió aquellos años y, de esta forma, que sirva de alerta para que no ocurra nunca más. Con Pablo, dicho cura se propasó en el despacho que tenía de cara al laboratorio. Aprovechó que el resto de la clase abandonaba el lugar para citarle. Decirle que se tenía que calzar un artilugio de chapa, a la imagen de una armadura, como si fueran unos pantalones. Y ahí fue cuando El Topi, al parecer con la intención de que no se dañara sus zonas íntimas, le empezó a manosear sus partes. De allí huyó como de la rabia.

Desde 1958. Pablo, el nuevo testimonio que ofrece este periódico, tenía 14 años cuando recuerda que sufrió tocamientos por parte del padre Manuel Ivorra. Corría entonces el año 1958 y, ya entonces, era el encargado y responsable del servicio nocturno. Por así decirlo, no daba materias directamente, sino que tenía un cargo que se dedicaba más a tareas administrativas y de organización.

Tras la denuncia del Arzobispado. Pablo ofrece su testimonio después de que Iñaki denunciara la semana pasada en el Arzobispado la conducta abusiva del mismo cura, en este caso en 1970. Esa denuncia ha sido trasladada al colegio, que envió el viernes a un cargo para hablar con Iñaki.