madrid - “Es una condena que adolece de convicción”, subrayó la letrada Jaione Karrera, defensora de Adur Ramírez de Alda, condenado a 12 años de prisión. Karrera argumentó en su recurso la ausencia de carga probatoria contra Adur, al que aquella noche de los hechos uno de los guardias sitúa con una camiseta naranja o rosa provocándoles lesiones, cuando en un vídeo de Euskal Telebista del partido que retransmitió esa noche desde el frontón Burunda y de una fotografía tomada con unos amigos se ve a Adur que no vestía de colores llamativos, sino de negro. “La Audiencia Nacional dice en su propia sentencia que no existe la seguridad completa de que Adur durmiera en su casa esa noche. Y, por tanto, de esta afirmación se reconoce que cabe la duda de que estuviera en su casa durmiendo. No hay plena seguridad y, por lo tanto, si cabe la duda, no se puede condenar. Es incomprensible que se den por acreditados unos hechos como los que aquí se juzgan con esa duda razonable. Porque además la sentencia no acredita siquiera la participación de Adur en los hechos, ya que nadie que no sean las víctimas le identifica. Ni la Policía Foral ni Paulette hablan de él. Y no se ha probado de ninguna manera que hubiera un plan previo para llamarle ni se ha acreditado que fuera al bar tras estar en casa”. - E.C.
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