El hombre salió enfurecido de la rotonda. Un coche le había hecho maniobrar de forma brusca, efectuar tal volantazo que, su hija menor, sentada en los asientos de atrás del vehículo, se golpeó contra el cristal lateral. Sucedió en Pamplona, a media tarde del 19 de marzo de 2017. Pero aquella rabia no frenó en esa glorieta. Indignado por la actitud del otro conductor, el ahora acusado comenzó a perseguirlo, tocando el claxon, gritándole y circulando en paralelo en dos ocasiones. Llegó un momento en el que estaba tan rabioso que llegó a adelantar al otro vehículo, frenó bruscamente delante de él y provocó que, para evitar la colisión, el otro conductor tuviera que realizar una maniobra evasiva y el automóvil que conducía impactara contra la mediana. Como consecuencia de esa maniobra de evasión, el coche sufrió daños valorados en 1.072 euros. En ese momento y con ambos turismos ya detenidos, el acusado se bajó del vehículo y se dirigió al otro conductor con las siguientes palabras: “Te voy a reventar, que llevo a atrás a los hijos”.

Lo que han leído son los hechos probados de una sentencia de la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Navarra que ha confirmado una condena del Juzgado de lo Penal 4 de Pamplona por un delito de conducción temeraria de 9 meses de prisión impuesta contra el conductor, que se ve privado asimismo durante dos años del permiso de conducir. Tiene que indemnizar a la víctima con los gastos de reparación del coche y además se le condena a una pena de multa de 450 euros por un delito leve de amenazas. La rabia que hizo al volante a buen seguro que ahora se la ahorraría.

La Audiencia avala el testimonio ofrecido por el conductor denunciante y por su hermana, que le acompañaba como copiloto. Recuerda el tribunal que el acusado inició una persecución “motivada por el enfado que originó una determinada forma de conducir del denunciante (que al parecer tomó la rotonda por el exterior y le había cerrado el paso al procesado), al que increpó de forma reiterada, ocasionando con su conducta la producción del accidente al tener que frenar el vehículo del denunciante”. Y prosigue: “Con esta anómala conducción generó un peligro concreto para la vida o integridad física, a la vista de que el vehículo del denunciante terminó impactando contra la mediana al realizar una maniobra evasiva para no golpear al del acusado.