SAN SEBASTIÁN. Las autoridades de Malta han denegado puerto al Aita Mari para desembarcar a los 43 migrantes que rescató este lunes en una barca que llevaba cuatro días a la deriva en el Mediterráneo Central.

La ONG Salvamento Marítimo Humanitario, que opera el barco vasco, ha explicado en un comunicado que Malta ha comunicado que no va a permitir el desembarco de los 43 náufragos en su territorio y que tampoco se va a encargar de ofrecer otra salida para ellos.

De esta manera, las 43 personas esperan una solución en la cubierta del atunero vasco, reconvertido en embarcación de rescate, que se encuentra en estos momentos a 161 millas náuticas de Malta y a 137 de Lampedusa (87 y 74 kilómetros, respectivamente).

La ONG advierte de que las condiciones meteorológicas complicarán aún más la estancia a bordo de los 43 migrantes y de la tripulación, ya que al parecer se avecina un episodio tormentoso.

Salvamento Marítimo Humanitario ha acusado a Malta de "incumplir sus obligaciones legales" puesto que, "según las normas internacionales" marítimas, "el país que coordina un rescate tiene la obligación de asegurar el desembarco de las personas en un lugar seguro".

Ha señalado que en este momento, "ningún otro Estado se ha pronunciado sobre el futuro de estos náufragos" cuya situación médica no ha sido evaluada" por ninguna autoridad sanitaria.

Ha denunciado, en este sentido, que ayer las autoridades maltesas decidieron enviar en helicóptero a un médico que, sin embargo, no pudo bajar al barco como ya les habían advertido desde el buque ya que su diseño hace inviable el descenso.

La ONG critica que Malta no plantee la posibilidad de trasladar esa asistencia médica en un barco, que sería "la solución más sencilla y lógica" para atender a las personas rescatadas, que aunque se "encuentran bien", han pasado cuatro noches en alta mar y entre ellos hay una "una mujer embarazada que necesita ser monitorizada".