plicar la distancia interpersonal y las medidas de protección individual en el aula de cualquier centro educativo, sobre todo, de Infantil y Primaria resulta difícil de imaginar. Pero es que en el caso de la educación especial, la enseñanza sin contacto físico es inviable.

"No podemos enseñar a distancia, desde una tarima; incluso con el alumnado más autónomo el contacto físico es fundamental", asegura Elvira Lacunza, directora del colegio concertado de educación especial El Molino. Este centro, al igual que los otros tres de educación especial de Navarra (los públicos Andrés Muñoz y Torre Monreal, y el concertado Isterria), está planificando el regreso a las aulas el próximo curso. "Los cuatro colegios estamos en contacto para trabajar en una misma línea. Cada uno con su realidad pero en una constante comunicación. Está siendo muy enriquecedor", afirma Mª Carmen San Miguel, directora del CPEE Andrés Muñoz. Ambas coinciden en la necesidad de que tanto el departamento de Educación como el de Salud les envíe unas instrucciones "cuanto antes" para poder cerrar sus propuestas e informar a las familias. "Nos han trasladado su planteamiento, con los aspectos que les preocupan y confiamos en hacerles llegar unas indicaciones claras, como al resto de centros, porque si hay que adaptar centros cuando antes empecemos, mejor", reconoce la jefa de Inclusión, Igualdad y Convivencia de Educación, Mª Jose Cortés.

Durante estos dos meses, los y las profesionales de estos colegios han realizado un esfuerzo impresionante para mantener la atención educativa de sus más de 300 alumnos y alumnas con discapacidad. "El profesorado les han enviado ejercicios individualizados todas las semanas, pero creemos que lo más importante ahora no es la ficha sino el apoyo emocional. Los y las tutoras han llamado a casa al menos una vez por semana para hacer un seguimiento y hemos aprovechado para formarnos y que redunde en la mejora de la calidad educativa de cara al próximo curso", explica San Miguel. La directora del CPEE Andrés Muñoz reconoce que ha dedicado mucho tiempo a solventar dos cuestiones clave: la brecha digital y las ayudas económicas. "La primera no nos la han solucionado y hemos usado mucho el móvil, el whatsapp y en algunos casos el correo postal. El tema de las ayudas, aunque costó arrancar, creo han llegado a todas las casas que las necesitaban. Al no tener comedor se han dado tarjetas para comprar comida", apunta.

En cuanto se decretó el cierre, el colegio concertado El Molino creó "una red de trabajo con dos equipos, uno directivo y otro técnico" y se crearon muchos recursos digitales "para atender de una manera excelente al alumnado y sus familias en tres campos: emocional, físico y cognitivo". "Nos hemos reinventado totalmente y el profesorado ha grabado y enviado muchos vídeos, hemos realizado videoconferencias... Al alumnado les motiva ver a los profesionales del colegio", explica la directora Elvira Lacunza, que reconoce que "hemos intentado adaptarnos a los horarios de las familias ya que en este confinamiento se ha manifestado la necesidad de apoyo que tiene la mayoría de nuestros alumnos para aprender. No hay muchos escolares autónomos". Tras poner en valor la coordinación con servicios sociales, salud y educación, Lacunza cree que gracias al esfuerzo de todos "el objetivo de atención y acompañamiento se ha cumplido y los objetivos curriculares se han seguido trabajando".

De cara al nuevo curso, los cuatro centros están trabajando al alimón para planificar un regreso a las aulas que se antoja complejo. "Hemos creado una comisión de trabajo en el centro porque vamos a tener que reorganiza espacios, restructural al personal y cambiar nuestra forma de trabajar", afirma San Miguel. En esta misma línea, Lacunza cree que el nuevo curso va exigir "un cambio organizativo impresionante". Con el objetivo prioritario de garantizar la salud, ya que este alumnado es "población de riesgo", en El Molino han realizado "un análisis de los espacios y de los recursos, y vamos a tener que reconvertir espacios en aulas; estamos estudiando que servicios vamos a poder ofrecer y cuáles no, planteando entradas y salidas, y recreos escalonados...". En el caso de estos centros, el problema "no son las ratios" sino las características del alumnado. "En la educación especial el contacto físico es fundamental", reconoce Lacunza, quien recuerda que "estamos elaborando vídeos para preparar al alumnado a ver a sus profesores con mascarillas y pantallas. Para ellos va a ser duro".

Ambas directoras piden al Gobierno foral que envíen "cuanto antes" las indicaciones del próximo curso" para poder adaptar sus propuestas a las pautas establecidas. Desde Educación, que ponen en valor el trabajo realizado por estos centros durante la pandemia, también ven importante anticiparse. "Queremos darles autonomía pero que sepan que tienen nuestro apoyo. Si hay que adaptar los centros, cuanto antes mejor", afirma Cortés.

Las familias viven la situación entre la incertidumbre y el agobio. "Estan siendo meses muy complicados. Son chicos y chicas que necesitan que estemos encima. Algunos con más o menos dependencia pero hay que estar pendientes. El profesorado nos envía ejercicios cada día, pero muchas familias no tienen medios, está el teletrabajo...", explica Izaskun Adot, de la apyma de Andrés Muñoz. Estas familias plantearon la posibilidad de que el profesorado fuera a las casas de los niños 2 o 3 días por semana. "Dicen que no es posible por un tema de seguridad pero creemos que hace falta voluntad para moverlo", afirma Adot, quien asegura que "estos niños tienen muy marcadas las rutinas y si el verano ya les generaba mucho estrés, imagina ahora desde marzo sin ir al cole. Esta situación les afecta muchísimo porque además no se les puede explicar", expone Adot, que encara el nuevo curso con incertidumbre. "Para estos críos es imposible pensar en una educación sin contacto", asegura.

"Vamos a hacer vídeos para preparar al alumnado a ver a sus profesores con mascarilla. Será duro"

Directora de El Molino

"Habrá que reorganizar espacios, restructurar al personal y cambiar la forma de trabajar"

Directora del CPEE Andrés Muñoz