- El sector de la discapacidad quiere alzar la voz. Si siempre ha sido un colectivo invisible, el coronavirus aún les ha ocultado más. Y, hartos ya, denuncian la situación de "indefensión y desatención" que vive este grupo social, que en la infancia supone un colectivo a tener muy en cuenta, vive a cuenta de la pandemia. Navarra tiene 919 personas con discapacidad entre 6 y 15 años que, ahora, además de no poder acceder a las terapias ni a consultas médicas suman el cierre de los centros escolares, donde también reciben un apoyo en áreas como logopedia, fisioterapia o refuerzo educativo. "Además del perjuicio de estar varios meses sin socializarse ni contar con un apoyo escolar suficiente para que su educación sea inclusiva, le suman la ausencia de las terapias que reciben en la escuela", explica Manuel Arellano, presidente de Concemfe Navarra, federación de asociaciones de personas con discapacidad física y orgánica.

Cocemfe alerta de las importantes consecuencias en la salud y en la calidad de vida que está dejando el coronavirus en personas con discapacidad y enfermedades crónicas y que ha detenido las terapias rehabilitadoras y ha reducido las consultas médicas. Por ello, insta a "hacer un esfuerzo extra" para retomarlas lo antes posible, con seguridad, pero para "evitar secuelas irreversibles".

Cocemfe Navarra destaca "la importante factura" que ya está dejando la situación de alarma sanitaria en personas con discapacidad y enfermedades crónicas, que además han tenido que aparcar sus terapias y citas médicas para evitar posibles contagios siguiendo criterios sanitarios. "Si la situación de confinamiento ha provocado problemas de salud en la población general, tal y como indican los recientes estudios, mucho más en personas con patologías previas o con discapacidad, que llevan desde marzo sin terapias", detalla Arellano.

Una situación que ya está provocando importantes consecuencias en personas con enfermedades degenerativas, inmunodeprimidas o dolor crónico. Arellano recuerda que estas patologías requieren de una atención multidisciplinar continuada y coordinada entre atención primaria y especializada. "Entiendo que al principio de la pandemia se cancelaran todas las atenciones, pero ahora es el momento de reanudar con una mayor intensidad y de forma prioritaria las terapias farmacológicas, las consultas médicas de seguimiento y sobre todo, terapias de rehabilitación como terapia ocupacional, fisioterapia, logopedia. Las entidades de la discapacidad, en cuanto las autoridades sanitarias lo han permitido, hemos retomado la actividad directa para atender con seguridad las demandas más urgentes de las personas con discapacidad. Así que instamos a la Administración a que se ponga las pilas y frene el avance más profundo de las importantes secuelas que el covid ha provocado en este grupo social".

"Muchas personas ya asumimos que no vamos a recuperar lo perdido ni en lo físico ni en lo psicológico o va ser muy complicado", explica Irene Aspurz, presidenta de Asnaen (enfermedades neuromusculares) y confirma Montxo Iriarte, presidente de Anela. "Las terapias son la única forma de frenar la enfermedad. Esta crisis está demostrando su importancia y la necesidad de que fueran un derecho para los y las pacientes, no sólo un servicio que prestan las asociaciones". "Algunas personas han perdido hasta la fuerza para poder salir a andar", añade Conchi Soto, desde la Asociación de enfermos y trasplantados hepáticos Athena. Y la ausencia de atención no solo está provocando un empeoramiento de la salud, explica Jokin Espinazo, de la asociación de fibromialgia Afina, sino que "está derivando más personas con dolor a las consultas de atención primaria, y no pueden dar la respuesta idónea".