EL covid-19 hizo su aparición en Venezuela a mediados de marzo. Desde un principio, en la Euskal Etxea de Caracas temían lo peor. "Sin información y sin cura, las alarmas saltan. El caos es ley en estas circunstancias", explica Ibane Azpiritxaga Zubizarreta, la presidenta de Caracas'ko Euzko Etxea. Desde la capital venezolana la joven de 24 años explica a este periódico que el carácter vasco les está ayudando a superar esta epidemia. Por las venas de Ibane corre una mezcla originaria de Pasai San Pedro, Durango, Las Arenas y Getxo. Sus abuelos fueron llegando a Venezuela desde 1939. Dos de ellos fueron niños de la guerra y llegaron a América tras pasar por Inglaterra y Bélgica. Un tercero llegó en 1945 y el cuarto, Ricardo Azpiritxaga, fue gudari y capitán del Ejército Vasco. Ella es una miembro activo de la comunidad vasca en este país, que concentra a 194 familias.

Todos ellos, como toda Venezuela, están confinados desde el 15 de marzo. "Algunas zonas tienen sus propias restricciones y horarios para transitar y poder hacer las compras habituales para casa", explica la presidenta, "y Caracas, por ejemplo, se encuentra tomada militar y policialmente para evitar el traslado de personas entre estados".

La epidemia no tardó en dejar graves secuelas en el día a día de la población. "Venezuela es un país petrolero y nuestro desabastecimiento más visible es el de la gasolina", relata Ibane. "Hay colas de hasta tres días para cargar un tanque de gasolina para el automóvil y solo si tienes salvoconducto para poder hacerlo, es decir, si perteneces a sectores críticos como alimentación y salud".

Además, en los últimos días han comenzado a notar cierto desabastecimiento en los establecimientos de alimentos, "precisamente por la falta de combustible para surtir los estantes de los comercios".

Esta crisis sanitaria llega a un país que ya estaba inmersa en graves problemas socioeconómicos. El 90% de la población en Venezuela vive "día a día", por lo que muchos tienen que salir a las calles, poniendo en riesgo tanto su vida como la de los que lo rodean "solo para poder comprar alimentos para un solo día". A pesar de este desolador panorama, Ibane se congratula de que la enfermedad todavía no ha golpeado a nadie de la comunidad vasca: "Quizás porque somos muy centrados en hacer lo que nos dicen cuando el tema es de seriedad. Somos cabezones para algunas cosas, pero la comunidad vasca en Venezuela tiene condiciones relativamente buenas y no requiere de vivir del día a día".

No obstante, la Euzko Etxea ha intensificado sus redes de comunicación para la recepción de toda información referente al covid-19, "tanto correo, redes sociales y WhatsApp de la Junta Directiva".

Para Ibane ha sido una grata noticia la reacción de la sociedad ante esta sacudida tan importante: "Sorprendentemente, hemos sido ejemplo de calma y tranquilidad. La comunidad vasca se ha tomado con seriedad las medidas y ha seguido todo al pie de la letra. Somos una comunidad de gente mayor y por ello los jóvenes nos hemos dispuesto a cuidar a quienes nos han dado la razón de ser vascos en Venezuela".

Por desgracia, teme que esta pandemia agudice los males económicos de Venezuela: "La economía venezolana ya se encuentra devastada. Lo que hará esta crisis es potenciar algo que ya padecen los venezolanos desde hace muchos años. La recuperación de todo será cuesta arriba, pero sí considero que podremos, somos un país rico en todos los sentidos y eso es un punto a favor para la reconstrucción".

La máximo responsable de la Caracas'ko Euzko Etxea cree que "este virus nos ha hecho replantearnos muchas cosas en nuestras vidas y aunque suene crudo, considero que al salir de nuevo a la normalidad lo haremos desde otro punto de vista". En ese proceso de transformación es donde encuentra que las virtudes y tradiciones de sus orígenes son un punto a favor: "El vasco sabe lo que es vivir con lo mínimo posible. Todos fuimos educados con mentalidad de guerra, aunque no lo estemos. Creo que vivir en una economía de guerra durante estos últimos meses ha sido constatar lo que desde pequeños nos han inculcado en casa. Por eso, creo que la mentalidad no solo de los vascos será distinta, sino la de todo el pueblo venezolano".

Ya de por sí es una era complicada en Venezuela, sin que intervenga ninguna epidemia para trastocarlo todo. Pero los vascos allí no pierden el optimismo e incluso en este contexto de restricciones e incertidumbre ven un objetivo que saben que conseguirán: "Es una oportunidad para comenzar a ser la Venezuela que fuimos, nuevamente".

LA EUSKAL ETXEA

  • Fundación. Ha tenido tres sedes a lo largo de la historia del Centro Vasco. La última funciona desde 1950, inaugurada el 7 de marzo, con la presencia de José Antonio Aguirre.
  • Ubicación. Se encuentra ubicada en El Paraíso, zona lujosa para el año de la construcción del centro que actualmente es una zona residencial. Es el segundo Centro Vasco más grande del mundo, tras el de San Francisco, con 10.000 metros cuadrados.
  • Socios. No cuenta con socios, sino con familias. Son actualmente 194, de las cuales 167 son vascas, y el resto, de otras nacionalidades.
  • Efemérides. Este año suma una actividad, ya que su coral, Alaiak, resultó ganadora el pasado año en el Encuentro Coral Interclubes de Venezuela. Por eso, serán los organizadores de este evento el presente año, a realizarse el 21 de noviembre en conmemoración del día del Centro y la celebración de los 70 años.
  • Instalaciones. Dos frontones, campo de fútbol sala, dos piscinas, parque recreativo para niños, txoko, caserío con salón principal, sala de juntas, comedor, cocina industrial, teatro, habitaciones y biblioteca.