"El tiempo de recuperación de los pacientes más graves -que han superado la infección por el nuevo coronavirus- es largo, varios meses o, incluso, un año", estiman los doctores Eva Regidor Sanz y Aitor Ansotegui Hernández, facultativos especialistas de Medicina Intensiva de la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) del Complejo Hospitalario de Navarra, quienes añaden, que "algunos pacientes, en función de su edad, enfermedades crónicas previas al covid o secuelas importantes del tratamiento recibido, pueden no recuperarse completamente y quedar con limitaciones importantes tras la enfermedad". No obstante, apuntan que habrá que esperar para conocer las secuelas definitivas que produce el bicho, así como los plazos de recuperación; actualmente objeto de estudio.

Durante la pandemia, que se viene prolongando durante más de cien días -98 de ellos en estado de alarma- , 136 personas en la Comunidad Foral han requerido ser ingresadas en UCI por esta causa. Respecto a las secuelas que produce la covid-19 una vez superada la infección, los doctores Eva Regidor Sanz y Aitor Ansotegui Hernández diferencian entre las específicas que produce la enfermedad "a nivel de los diferentes órganos que afecta y, por otro lado, las secuelas derivadas de la estancia prolongada en la UCI, en relación a los tratamientos que precisa el paciente para sobrevivir a la fase inicial de la enfermedad".

Tras explicar que el principal motivo de ingreso en estas unidades de críticos "han sido cuadros de neumonía con insuficiencia respiratoria grave", sostienen que "las secuelas definitivas, así como la recuperación de las mismas, es motivo de estudio en la actualidad y -por tanto- en los próximos meses dispondremos de mayor conocimiento". En cuanto a las secuelas derivadas de la estancia prolongada en una UCI, señalaron que "en los pacientes que sobreviven se ha descrito en los últimos años el denominado síndrome post-cuidados intensivos, que afecta a un número importante de pacientes (entre el 30-50%) y que engloba tanto secuelas físicas, cognitivas, así como psíquicas".

Los dos facultativos indican que la evaluación de las secuelas tras un proceso de extrema gravedad, como es la covid-19, "precisa de varios meses de seguimiento, por lo que, de momento, no se pueden dar datos precisos sobre este tema", pero "hemos de suponer que la calidad de vida de estas personas puede verse afectada negativamente". Asimismo, consideran importante no olvidarse de los familiares del individuo afectado por el virus, que "en muchas ocasiones -tras la experiencia de un ingreso en UCI y hospitalario prolongado- sufren consecuencias físicas, psicológicas y sociales que afectan a su calidad de vida".

Como explican los expertos, en la mayoría de los casos graves con afectación respiratoria que requieren UCI, "precisan soporte con respiración artificial, junto con sedación e inmovilización prolongada", de manera que la persona enferma "también desarrolla por el estrés metabólico un cuadro de desnutrición importante". Así, continúan los especialistas, las secuelas que van desarrollando los pacientes que sobreviven a la fase inicial "afectan tanto a su capacidad respiratoria y debilidad muscular (secuelas físicas), como a su capacidad cognitiva (alteración de la memoria y de atención) y también a nivel psicológico (depresión, ansiedad, estrés post-traumático€)".

En cuanto al tiempo medio de ingreso en la UCI, ambos intensivistas indican que es "de 2-3 semanas, aunque algunos pacientes más graves han necesitado varias semanas e, incluso, meses de recuperación".

recuperación en fases Como reiteran los doctores, el restablecimiento "es un proceso largo que tiene diferentes fases. Se trata de un trabajo en equipo y multidisciplinar, donde intervienen diferentes especialidades con un objetivo común: la recuperación del paciente con el menor número de secuelas posibles y mayor calidad de vida". Sin embargo, lamentan estos especialistas, "desgraciadamente esto no es siempre posible y la fragilidad del paciente que sobrevive a la UCI condiciona un deterioro en su calidad de vida, así como un mayor riesgo de ingreso hospitalario y muerte en los primeros meses tras el alta hospitalaria. De ahí que en la fase inicial, tanto en la UCI como en la planta de hospitalización, se implementen diferentes programas preventivos (como son la rehabilitación precoz€) para intentar minimizar estas secuelas". Asimismo, tras el alta hospitalaria, realizan "un seguimiento estrecho en consulta por las diferentes especialidades implicadas en el proceso, según las necesidades del paciente".

En este sentido, afirman que "la probabilidad de secuelas es alta. Un porcentaje importante de pacientes presentan dificultades para el retorno a las actividades previas de forma plena en los primeros meses; de ahí que haya que realizar un importante esfuerzo en implementar medidas preventivas y establecer un seguimiento estrecho tras el alta hospitalaria". Tras mencionar que "la probabilidad de recuperación es menor en los pacientes con edad avanzada y enfermedades crónicas previas" y que "tal vez las secuelas psicológicas y cognitivas son las más olvidadas", concluyen que "en unos meses tendremos un mayor conocimiento de las secuelas, gracias a los estudios que se vienen realizando" y al seguimiento de estos pacientes en consulta.

abordaje multidisciplinar En algunos lugares han puesto en marcha unidades o consultas específicas para el seguimiento de estos pacientes. En el Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea trabajan para "realizar un seguimiento estrecho de los pacientes que han padecido covid-19 grave", mediante "un abordaje multidisciplinar, participando múltiples especialidades, como son Rehabilitación, Nutrición y Dietética, Neumología y Medicina Interna, entre otras", exponen los doctores Ansotegui y Regidor.

En este contexto, recalcan que "en los últimos años se está potenciando, a través de movimientos como el Proyecto HUCI (Humanizando los Cuidados Intensivos), la formación de equipos multidisciplinares para el abordaje del síndrome post-cuidados intensivos, con el objetivo de identificarlo y tratarlo precozmente (tanto a nivel del paciente como de la familia), con el objetivo de minimizar el impacto de un ingreso prolongado en la UCI en la calidad de vida del paciente". Y es que, como aclaran los dos facultativos, "las secuelas de la enfermedad crítica no derivan necesariamente de la patología que llevó al paciente a la UCI. En el caso de la covid-19, veremos en los próximos meses las secuelas a nivel pulmonar en relación al cuadro inflamatorio tan intenso que sufren los casos más graves", pero "en Cuidados Intensivos somos conscientes, de que, si bien la tecnología nos permite salvar la vida de muchos pacientes, el coste es alto a nivel físico y psicológico, incluso en pacientes jóvenes y sin enfermedades previas".

¿Qué es el síndrome post-cuidados intensivos? Como explica la doctora Eva Regidor Sanz, "en los últimos años el número de pacientes que ingresan en las unidades de cuidados intensivos ha ido aumentando progresivamente y su supervivencia ha ido mejorando en relación al desarrollo de nuevos tratamientos y técnicas de soporte vital. Cada vez son más los pacientes que sobreviven a un ingreso en la UCI y un porcentaje significativo de ellos se convertirán en pacientes crónicos al alta hospitalaria. Muchos de estos pacientes padecerán en ocasiones secuelas atribuibles al ingreso (no relacionadas directamente con la patología que motivó dicho ingreso), con gran impacto en su calidad de vida". De este modo, el síndrome post-cuidados intensivos (PICS), descrito recientemente, "afecta a un número importante de pacientes críticos y engloba las secuelas físicas o fisiológicas (principalmente respiratorias, como un mayor patrón restrictivo, y neuromusculares, como la disminución de la masa muscular, fuerza o resistencia muscular, el atrapamiento neuropático, alteraciones en la voz, deglución€), psíquicas (depresión, ansiedad, estrés y/o síndrome de estrés postraumático) y cognitivas (alteraciones de la memoria, de la atención o de funciones ejecutivas), tras la enfermedad crítica y que impactan de forma negativa en la calidad de vida al alta de los pacientes y sus familias".

80%

Los doctores Aitor Ansotegui Hernández y Eva Regidor Sanz afirman que "el porcentaje de pacientes que superan la covid-19 de los ingresados en la UCI es del 80% aproximadamente, aunque esto depende no sólo de los medios empleados, sino también de las enfermedades previas".

136

Los doctores recuerdan que en Navarra han precisado ingreso en UCI por covid-19 un total de 136 personas. Preguntados por cuántos requerirían actualmente atención sanitaria para superar las secuelas, responden que "probablemente más de 100 personas de los casos más extremos, pero no hemos de olvidarnos de que en total han precisado hospitalización en torno a 2.000 personas, por lo que, probablemente, este número sea mayor".

"En unos meses tendremos mayor conocimiento de las secuelas gracias a los estudios que se están realizando"

Facultativos de la UCI A del CHN