El Gobierno de Navarra ha renovado un año más su colaboración con Eusko Ikaskuntza a través del convenio específico que en 2016 retomó el Ejecutivo, que permitirá realizar durante 2020 la segunda fase del proyecto 'Gestión democrática de la diversidad en Navarra: Convivencia'. Este trabajo analiza en profundidad la convivencia entre la ciudadanía navarra.

El convenio de colaboración 2020, suscrito este martes entre la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo, y el presidente de Eusko Ikaskuntza, Iñaki Dorronsoro, tiene una dotación económica de 40.000 euros, y a través de él Eusko Ikaskuntza continuará con el trabajo iniciado en 2019 y que profundiza en el proyecto denominado 'Nuestra gente, diversidad y vías de cohesión'.

Esta segunda parte se centrará en dos ejes principales: la convivencia en la diversidad y la cultura democrática para un proyecto compartido. Se trata de buscar vías para solucionar puntos de desencuentro que surgen en la sociedad navarra en cuestiones como la identidad propia de la Comunidad foral y la inmigración, así como la promoción del euskera, entre otros, ha señalado el Ejecutivo foral en una nota.

Para ello, Eusko Ikaskuntza impulsará "un proceso abierto, participativo y deliberativo en el que tomarán parte un gran grupo de la ciudadanía, agentes sociales y personas expertas, para analizar la cultura y la sociedad como claves de cohesión y solidaridad, desde un punto de vista inclusivo, integrador y plural", han destacado desde el Gobierno navarro.

Según ha indicado, el proyecto de gestión democrática de la diversidad y convivencia en Navarra comenzó su andadura en 2019 a través de las mesas ciudadanas (compuesta por habitantes de las diferentes zonas geográficas de Navarra) y los foros sociales celebrados en Baztan, Berriozar y Castejón.

La ciudadanía que participó tanto en las mesas ciudadanas como en los foros sociales de los tres municipios se mostró partidaria del diálogo y del encuentro ante los diferentes temas conflictivos que surgen en la sociedad como la cuestión de si la pluralidad de Navarra y su identidad propia pueden ser compatibles.

Para solucionar este asunto, este año como en la anterior ocasión habrá un grupo motor que será el responsable de la dirección del proyecto y de la coordinación entre los diferentes espacios de participación. Su función será definir la metodología y el tema de este año (identidad propia de Navarra), y al mismo tiempo, decidir la composición del grupo de expertos, la mesa de los agentes y la mesa ciudadana prevista.

Estos grupos concretos deberán identificar qué componentes de la identidad navarra pueden ser causantes de la división o conflicto de la ciudadanía, analizar cuáles pueden ser las iniciativas y foros más adecuados para reforzar los elementos integradores, y designar cuáles pueden ser las acciones más eficaces en torno a la derogación de los elementos que llevan al desencuentro, han expuesto desde el Ejecutivo.

Mediante el convenio de 2020, el Gobierno y Eusko Ikaskuntza continúan la colaboración mutua reanudada hace dos años, que permite que esta última institución siga con su labor de estudio y divulgación de temas relacionados con la cultura y sociedad navarras para que "se pueda avanzar hacia un mejor modelo social".

Asimismo, esta institución también asume el euskera como su lengua, aunque el castellano y el francés sean oficiales, y, en este sentido, tiene como objetivo "canalizar las investigaciones y reflexiones realizadas en torno al euskera".

La Diputación Foral de Navarra fue una de las fundadoras en 1918 de Eusko Ikaskuntza, junto con las diputaciones de Álava, Gipuzkoa y Bizkaia, para el estudio y divulgación de todas las manifestaciones de la cultura en estas comunidades.

Desde entonces, la relación entre el Gobierno de Navarra y Eusko Ikaskuntza ha sido ininterrumpida hasta 2011. En 2016, se reanudó el convenio de colaboración entre ambas instituciones.