- La peregrinación anual a La Meca o hach dio comienzo ayer, aunque a diferencia de otros años la ciudad santa no está atestada de cientos de miles de fieles debido a las limitaciones impuestas por la pandemia del coronavirus, que han modificado los rituales multitudinarios.

La estampa de los fieles apelotonados dando vueltas alrededor de la Kaaba -edificio cúbico en el que se encuentra la piedra negra que los musulmanes creen que se desprendió del paraíso- ha sido sustituida este año por una imagen ordenada y desolada al calor del sol abrasador. Centenares de personas realizaron el ritual, que consiste el dar siete vueltas en sentido antihorario, marchando separadamente en filas señalizadas. La distancia entre los fieles contrasta con las aglomeraciones asfixiantes de las que suele ser escenario este lugar, que en 2019 acogió a más de 2 millones de musulmanes de todo el mundo.