ás de 115.000 toneladas de alimentos terminan cada año en Navarra en la basura. El 42% de este desperdicio alimentario se produce en los hogares, por lo que de media cada navarro desaprovecha aproximadamente 75 kilos de comida en solo un año. El Consorcio de Residuos de Navarra ha entregado más de 200.000 envases al Banco de Alimentos para hacer llegar los excedentes de comida a las personas beneficiarias de esta entidad social que, tras la crisis provocada por la covid-19, ha recibido 3.000 nuevas solicitudes de ayuda.

Las diferentes mancomunidades que componen el Consorcio de Residuos han entregado un total de 77.000 táperes y 130.000 bolsas de papel para el reparto de los alimentos. Además del componente solidario de la donación, todo el material se ha producido íntegramente en Navarra contribuyendo a la economía local. Los táperes se fabrican en la compañía Envaseko, de Areso, y son compostables. Por su parte, las bolsas llevan el lema Reutilízame, soy local / Bertakoa naiz y se realizan en la empresa Smurfit Kappa, en Sangüesa, con materias primas renovables procedentes de áreas forestales locales gestionadas de forma sostenible y certificada.

En el acto de entrega del material, que se enmarca en la tercera edición de la Semana contra el desperdicio alimentario, participó ayer el consejero de Cohesión Territorial y presidente del consorcio, Bernardo Ciriza, quien destacó la necesidad de reducir el despilfarro de alimentos y tomar conciencia de los hábitos de consumo. “Se trata de que seamos capaces de optimizar nuestros recursos y ayudar a aquellas personas que están sufriendo las consecuencias económicas de esta crisis sanitaria de una manera más directa”, destacó. Ciriza estuvo acompañado por el presidente del Banco de Alimentos, Joaquín Fernández; el director general de Administración Local y Despoblación, Jesús Mª Rodríguez; y el gerente del Consorcio de Residuos, Fernando Mendoza.