- Pedro Antonio de la Rosa Fernández-Pacheco (Ciudad Real, 1987) es licenciado en Medicina por la UN y tiene un máster en Salud Pública por la Universidad Alcalá de Henares. Está en Medicina Aplicada y Biomedicina por la UN. En la actualidad es investigador en el proyecto Educación de la Afectividad y Sexualidad Humana del Instituto Cultura y Sociedad. De la Rosa se dedica al análisis de datos de enfermedades no transmisibles o silenciosas, como el consumo de alcohol en jóvenes. Al respecto expresó que dichos temas salen a la palestra “cuando se muere algún adolescente por una intoxicación etílica, pero luego se olvidan”.

Por ello, indicó que están acostumbrados a que cueste transmitir las campañas de prevención. En esta línea, aclaró que cuando se ve que hay un déficit “en la manera de gestionar una enfermedad o un comportamiento y luego se vuelve a olvidar”. Además añadió que en las instituciones sanitarias que se dedican a coordinar esto, “van a lo que tiene más calado en la población, que aquí son las enfermedades cardiovasculares o la obesidad infantil, y los programas preventivos van por ahí”.

En momentos más puntuales como en los Sanfermines, “procuras prevenir los asaltos sexuales o el consumo de drogas y alcohol, con campañas muy focalizadas para un determinado grupo de población que tiene más riesgo”. Pero tienen que pasar “a veces crisis como una pandemia, para acordarnos de otras que también son importantes, como las enfermedades raras, como son raras, nadie las quiere estudiar hasta que hacen ruido los enfermos y están saliendo convocatorias muy interesantes”.

Sobre la dificultad en la transmisión de mensajes, concretó que los jóvenes, “son un público difícil”. Muchos de estos mensajes preventivos, les llegan a través de la televisión, las charlas que se imparten en los colegios y las campañas de publicidad. Son modelos que según indicó “si que les parecen interesantes, pero a veces son conscientes de que les llegan pero no les hacen caso”.

En concreto, aclaró que hay estudios acerca la opinión de los jóvenes sobre las campañas de drogas que alegan que “el anuncio es muy bueno y que les ha gustado mucho, pero que no le van a hacer caso”. Según precisó, “hay un problema de comunicación, porque el mensaje ha llegado pero no ha hecho reflexionar, que es lo que habría que conseguir.