Como explicó David Escors, antes de que el SARS-CoV-2 irrumpiera y la ciudadanía se familiarizara con los coronavirus, ya teníanun proyecto europeo financiado con más de 5 millones de euros junto con otros colaboradores, para “el desarrollo de vacunas porque pensábamos que iba a ser otro coronavirus el que iba a saltar a la población humana”. Ese proyecto “está enfocado a mejorar la inmunidad en las personas mayores, porque también sabíamos que responden peor frente a las infecciones virales y frente a las vacunas. Todo esto que se ha demostrado ahora con este virus, nosotros y nuestros colaboradores ya lo teníamos en cuenta”. La aportación de su equipo al proyecto, señaló, es “utilizar unos medicamentos que refuerzan las células de las defensas en las personas mayores. Ese proyecto europeo está yendo muy bien, los resultados son muy buenos, planteaba un ensayo clínico pero enfocado a gripe, porque entonces no teníamos la pandemia de SARS” y, por ello, dice que “igual ahora tendremos que reenfocarlo”.

Con la pandemia, Escors pidió fondos al Instituto de Salud Carlos III para “desarrollar unas plataformas que permitieran generar vacunas de una manera eficaz y rápida en Navarra”, para lo cual recibieron 115.000 €. “Nuestro proyecto es intentar establecer las infraestructuras para que podamos responder de una manera rápida”. La investigadora Grazyna Kochan, de Navarrabiomed, explicó que “hemos generado varias vacunas a base de proteínas purificadas y vectores virales. Ahora mismo las estamos analizando en ensayos con animales, que es la primera etapa de comprobación”. Han desarrollado vacunas para conseguir una respuesta inmunitaria similar a las de Pfizer o Moderna, pero están preparando otras “que son un poco más complicadas”. “Si conseguimos una mejor respuesta, esto puede tener un futuro más prometedor”, concluyó Kochan.