- La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, reconoció ayer “errores” y un “exceso de optimismo” en la estrategia comunitaria de vacunación, pero defendió el plan diseñado por Bruselas y admitió que el “cuello de botella” se debe a que han sido “demasiado optimistas con la capacidad de producción” y “de alguna manera la ciencia ha superado a la industria”, dijo la política alemana en una comparecencia en el Parlamento Europeo sobre la estrategia de vacunación en la UE.

La presidenta alemana del Ejecutivo comunitario, asediada por las críticas por el lento inicio de la inmunización y los retrasos en las entregas de las tres vacunas aprobadas en la UE, Pfizer-BioNTech, Moderna y AstraZeneca-Oxford, se sometió al escrutinio de la Eurocámara contando con el respaldo anticipado de los principales grupos del hemiciclo, con reuniones previas a puerta cerrada con los democristianos, socialdemócratas y liberales.

En respuesta, defendió la compra centralizada de los fármacos para los Veintisiete a través de la Comisión Europea y explicó que su Ejecutivo ha tomado decisiones para enmendar los problemas que han ido surgiendo, como la creación de un grupo de trabajo “para redoblar la producción” o la Autoridad de Respuesta de la UE y de Preparación de Emergencia Sanitaria (HERA, por sus siglas en inglés), para prepararse ante futuras crisis sanitarias.

Médica de formación, la conservadora alemana subrayó que desarrollar una vacuna requiere generalmente entre 5 y 10 años, mientras que los fármacos para protegerse contra la covid-19 se han generado en sólo 10 meses y en algunos casos con tecnologías sin precedentes, como es el caso de Pfizer-Biontech o Moderna.

“Soy consciente de que la confianza requiere transparencia”, aseguró Von der Leyen ante uno de los grandes reproches al sistema de compra: la confidencialidad de los contratos con las farmacéuticas, de los que solo se han publicado cuatro y con las partes sensibles censuradas, como el precio de las vacunas o los plazos de entrega.

Por parte del Partido Popular Europeo, primer grupo del hemiciclo y familia política de Von der Leyen, el español Esteban González Pons respaldó la compra conjunta y señaló que, de haber actuado cada uno por su cuenta, Estados como España, por dimensión y peso político, no habrían empezado a vacunarse hasta que hubieran terminado Alemania y Francia.

La líder del grupo socialdemócrata, Iratxe García, también alabó la estrategia comunitaria para evitar “esas peleas por acaparar mascarillas y respiradores entre países” de la UE al inicio de la pandemia e invitó a reflexionar “sin agitación” y dio la bienvenida a las críticas pero “con un espíritu constructivo y con lealtad internacional”.

En nombre de la Izquierda Unitaria Europea, la francesa Manon Aubry reivindicó a la Comisión que exija a los laboratorios la renuncia a los derechos de propiedad intelectual para “sacar de las garras de los laboratorios estas vacunas”, financiadas en gran medida con dinero público.

Entre los diferentes asuntos abordados, varios eurodiputados plantearon si la CE se equivocó al priorizar el precio en la negociación con los laboratorios en vez de garantizar la producción pues, pese a conseguirlas más baratas que EE.UU. o Israel, el ritmo de vacunación es más lento.

Sanidad, por medio de la ministra Carolina Darias, abrió la puerta a incluir a los mayores de 55 años en la vacuna de AstraZeneca, si bien todo dependerá de los resultados del ensayo clínico que se está haciendo en Estados Unidos sobre este colectivo y cuyas conclusiones podrían estar listas el próximo mes.

Janssen prevé estar autorizada para marzo. La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) prevé dar su visto bueno a la vacuna de Janssen contra el coronavirus en marzo, según avanzó el director ejecutivo de Janssen Italia y presidente de la industria farmacéutica italiana, Massimo Scaccabarozzi, en una entrevista en el Corriere della Sera.

La UE, en conversación con Sputnik. La EMA no ha recibido hasta la fecha la solicitud para la revisión continua o autorización de comercialización de la vacuna rusa Sputnik contra la covid-19, aunque admite que sí está en “diálogo y colaborando” con el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya en Rusia