Estos tiempos revueltos han traído distintas crisis consigo: la económica, la social, la laboral y, sin duda, la anímica. Lo que nos pasa por dentro, por mucho que luchemos contra ello, siempre sale a la superficie y se refleja en todas nuestras acciones y reacciones. Siguiendo esta línea, hay relaciones que se han podido ver desestabilizadas por una situación en la que parece que todo se nos viene encima, algo contra lo que hay que luchar desde la comunicación, indica la psicóloga y sexóloga clínica Alexandra Crettaz.

¿Cuáles son los mayores problemas que se están viendo en las parejas?

-Las parejas que no están pudiendo abrazarse desde hace algún tiempo debido a las restricciones van viendo cómo la historia de pareja sufre un parón; sus planes y proyectos deben posponerse y sus muestras de afecto se virtualizan. Este parón puede suponer, para algunas parejas, una auténtica ruptura.

¿Podría el contacto virtual ser algo positivo?

-Crece la necesidad de contacto virtual para compensar la falta de tiempo real compartido. Las nuevas tecnologías se convierten en aliadas de la continuidad de la relación y con ello también pueden aparecen conductas de mayor control sobre la pareja y de diversos tipos de violencia de género digital. Otra dificultad es tener que posponer proyectos vitales como iniciar una convivencia, buscar un embarazo, celebrar una boda, viajar... Otro aspecto con el que tienen que lidiar es en el manejo de sus expectativas; la incertidumbre en cuanto a la evolución de la situación y el desajuste entre cómo se imaginaron que sería su relación y cómo está siendo. Una dificultad común en toda relación de afectiva, y más en las que son a distancia, tiene que ver con la comunicación.

¿Además de el sexo virtual o el sexting

-Ha aumentado de manera alarmante, algunos estudios hablan de una subida del 18%. Frente al aburrimiento, la agitación, los estados ansiosos y deprimidos, junto con la falta de socialización, muchas personas han buscado fuentes de placer inmediato y ver porno ha sido una salida fácil y peligrosamente gratificante.

¿Es algo peligroso?

-Las consecuencias más inquietantes son a medio y largo plazo. El consumo de pornografía aporta un placer que engancha al cerebro y que lo vuelva más demandante. Ver porno rápidamente puede convertirse en toda una adicción que afectará a la salud sexual de la persona consumidora. Se dan disfunciones sexuales como la dificultad para obtener y mantener una erección, la falta de ganas de un encuentro sexual real, la ansiedad por estar a la altura, las prácticas de riesgo y no consentidas, junto con la asociación de sexo y violencia y la perpetuación de desigualdad en los roles del hombre y de la mujer.

Además de las personas con pareja, no podemos olvidarnos de las solteras. ¿Cómo se puede buscar una relación en tiempos de covid?

-El amor en tiempos de Tinder (aplicación para conocer a gente), es esta una cuestión actual. El último año no ha hecho sino visibilizar fenómenos ya iniciados sigilosamente desde hace tiempo y que van cogiendo fuerza: amor a la carta, relaciones fugaces y consumismo afectivo. En este contexto tecnológico sí resulta más fácil encontrar gente nueva. La cuestión es: ¿de qué manera y para qué? Para muchas personas, una conversación de tú a tú, un coqueteo o ligar con la mirada empiezan a ser un problema. La pérdida de práctica de habilidades sociales hace mella y, dado el esfuerzo, muchas personas preferirán tomarse una copa con Siri (asistente virtual de Apple). Las consecuencias emocionales nos las cuentan a diario en nuestra consulta de psicoterapia: necesidades de satisfacción inmediatas, egocentrismo, obsesión por el sentirse bien y por mostrarse mejor.

¿Cómo puede afectar a la pareja la falta de contacto físico prolongado?

-Además de generar estados emocionales como la tristeza melancólica, alimenta el recuerdo de lo que éramos y plantea la duda de cómo nos veo cuando podamos reencontrarnos. Podría nacer alguna creencia idealizada y romántica de la relación. Por otra parte, las ganas de reencuentro avivan el deseo de “ay lo que te haré cuando te vea”. En el caso de las parejas que se encuentran en una fase inicial de su relación, el descubrimiento del otro a través del cuerpo permite instaurar aspectos básicos como la afectividad, la intimidad y da salida a la atracción a través del encuentro sexual; no tenerlo puede dificultar que se construya una base sólida.

¿Qué recomendación daría para mantener la pareja?

-Mantener el esfuerzo personal que todas las personas que estamos viviendo esta nueva realidad podemos hacer si queremos llevarlo lo mejor posible: A de Adaptación y A de Aceptación. Concretamente, las parejas que no se ven deben ser conscientes de que verse online no puede, ni debe, sustituir el contacto presencial, pero sí es una buena medida temporal. Debemos cuidar al otro con un poco más de esmero a cómo lo haríamos , expresar lo que sentimos y seguir haciendo planes de futuro. Sin olvidarnos también de incluir la diversión, la pasión y la alegría.

¿Se ha visto afectada la calidad sexual y la salud sexual?

-Tener salud sexual es mucho más que no tener problemas en la cama, y tener una buena calidad va más allá de estar a la altura y dejarnos satisfechos. Ambas dos tienen más que ver con la vivencia positiva subjetiva de la sexualidad. La satisfacción y la vivencia positiva de la sexualidad en una relación de pareja se ven influídas por un gran abanico de factores, externos e internos. Influye en que yo siga buscando a mi pareja aún después de 24h conviviendo en lo bueno y en lo menos bueno, en que me permita sentir placer a pesar de la que está cayendo, en que sepa aceptar mis días malos sin falsificarlo con un “me duele la cabeza”, en que siga explorando mi sexualidad de múltiples maneras, y en que tome como mi responsabilidad gozar y estar en armonía en y con mi cuerpo.

“Con las relaciones virtuales pueden aparecen conductas de mayor control sobre la pareja y diversos tipos de violencia de género digital”

“El consumo de porno puede aumentar la asociación de sexo y violencia y la perpetuación de desigualdad en los roles de hombre y de la mujer”

“Las parejas que no se ven deben ser conscientes de que verse ‘online’ no puede, ni debe, sustituir el contacto físico, pero sí es una medida temporal”