Siempre decía que David Beriain (Artajona, Navarra, 1977), fallecido en Burkina Faso, es uno más en el equipo de personas que hace posible que los espectadores puedan ver programas como los de la serie de investigación Clandestino. En esta ocasión no buscó sicarios, mafias, prostitución o drogas al otro lado del Atlántico. Aceptó el reto de DMax y ha recorrido España buscando ese mundo oscuro y peligroso con el conviven a diario, a veces sin saberlo, miles de ciudadanos. El navarro compartió con su mujer, Rosaura Romero, la pasión por los reportajes. Ella era la productora ejecutiva, pero al igual que él sentía fascinación y pasión por las historias que llevaron a los espectadores.

¿Cómo surge Clandestino España

Es un reto que nos lanzó el canal. Los responsables nos dijeron que habíamos mirado en muchas partes del mundo, pero nunca en España, y hemos descubierto que también pasan cosas.

Los reportajes de este proyecto parecen muy diferentes entre sí y a la vez tienen puntos que les unen, ¿no?

Es posible que puedan verse así. Los dos primeros han sido sobre la emigración y las redes de tráfico de personas, este lunes arrancaremos con un reportaje de sicarios y hemos hecho también uno sobre la presencia de mafias extranjeras, especialmente la Camorra. Quedan también pendientes de emitir un episodio sobre la trata de personas con fines de explotación sexual y dos capítulos previstos sobre el narcotráfico de cocaína. Por último, también tenemos un capítulo sobre el tráfico de marihuana, porque España se ha convertido en el principal exportador de toda Europa.

¿Ha disminuido o aumentado el tráfico de droga?

Vamos a seguir a españoles en todas las fases del proceso, incluido cuando se van a otros países. ¿Disminuir? España es la puerta de entrada de la cocaína que llega de Latinoamérica, del hachís que llega del norte de África, y ya he dicho también que somos el mayor productor de marihuana. Estamos también entre los mayores consumido-res de todas esas drogas del mundo.

Un país con muchos vicios, ¿no le parece?

Si hablamos de la prostitución, hay que decir que es el tercer país del mundo en con-sumo de prostitución después de Tailandia y Puerto Rico. Según las cifras que da la policía, el 80% de las mujeres que se dedican a ello lo hacen bajo algún tipo de explotación o coacción. Estamos hablando de miles y miles de esclavas sexuales. Esto ocurre en una sociedad que es supuestamente civilizada. Son datos muy alarmantes.

Le resultará menos peligro-so hacer esta serie de Clandestino en España que en países con un índice eleva-do de asesinatos y con mayor delincuencia.

Pues no, ha sido más difícil y aquí la gente es más renuente a hablar. Los que se dedican a este tipo de negocios en España se sienten menos impunes que en otros países, donde parece que determinados actos cuentan con mayor permisividad. ¿Menos peligro? No creas, cuando tú entrevistas a un sicario y lo haces a escasos metros de tu propia casa no es lo mismo que cuando lo haces a miles y miles de kilómetros y luego te marchas.

¿La cercanía impone?

Sí y no, y el trabajo hay que hacerlo igualmente. Concreta-mente, el capítulo de sicarios lo hemos grabado en Madrid, que es donde residimos habitualmente la mayoría del equipo. Al final, esto es redes-cubrir lo que siempre he pensado, que el periodismo más difícil y el que para mí tiene más valor es el periodismo local. Haces tu trabajo, pero luego te quedas ahí para pagar las consecuencias de lo que has escrito o has contado.

¿Es necesario sobornar a los entrevistados para que hablen?

No, eso no. El peligro que puede producirse cuando hay dinero por medio es que te cuenten lo que quieres oír, aunque no sea verdad. Para la mayor parte de esta gente, el dinero ni siquiera es una condición, y algunos tienen mucho más dinero del que tú puedas imaginar. No se consigue el acceso con dinero, se consigue con contactos y con la confianza que esa gente con la quieres hablar tenga en esos contactos y la que tú mismo puedas generar. A veces es complejo gestionar los contactos y acceder a las personas que realmente son interesan-tes en un reportaje.

¿Cuál de los temas que ha citado afectan más a la ciudadanía en este momento?

La emigración, y quizá por eso hemos empezado por él. El Mediterráneo se ha convertido en una de las mayores tumbas del mundo. Esa es una de las historias más duras de nuestro tiempo y por la que futuras generaciones nos juzgarán, y tendrán ` Beriáin está encantado de hacer periodismo de investigación.muchos motivos para pensar que lo hemos hecho mal, a pesar de que hay mucha gen-te implicada en salvar vidas. Pero no siempre se llega a tiempo.

Un tema que hemos tenido muy presente durante todo el verano.

Sí, y sabemos que está manido, que la gente lo conoce, pero no es lo mismo escucharlo en unas cifras que mostrar-lo en vidas que te salpican, en personas que te cuentan su historia y que no son un número más. Es duro ver que luchan por un futuro mejor y que no siempre lo consiguen.

¿Qué es lo que más le atrae a usted de su trabajo?

Las conversaciones con las personas. No es que sea un yonqui de la adrenalina y no me gusta el riesgo, al contra-rio de lo que pudiera parecer. Me gusta hablar con personas que sí están en riesgo de perder la vida al minuto siguiente de hablar contigo; son conversaciones de verdad y que merecen la pena. Para mí es lo importante, compartir ese tiempo con los protagonistas de la historia.

Los temas de Clandestino no tienen fin...

Estamos con esta temporada y también está previsto que hagamos una internacional.

Le resultará interesante el tipo de periodismo que hace, pero también tiene que ser estresante y agotador.

Puedo decir que mi energía vital está al máximo. Sigo fascinado por estas historias, como me fascina el mundo en general. Es maravilloso vivir-lo y contarlo. Soy un curioso, quiero seguir explotando mi curiosidad y aún voy a hacer-lo más. Sobre todo me interesa investigar sobre la naturaleza humana.

Una naturaleza que a veces deja mucho que desear.

No creas, porque en ella se ve lo mejor y lo peor. En medio de la oscuridad también hay alguna que otra luz. No me agoto, cada día me gusta más lo que hago y me siento un privilegiado por poder hacerlo. Doy las gracias al canal por permitirme hacer periodismo en un momento en el que la profesión no goza de buena salud.

¿No se le ha ocurrido hacer un Clandestino con los políticos españoles?

Alguien tendría que hacer ese tema, aunque no sé si soy yo la persona adecuada para hacerlo. No estaría de más, sobre todo en estos tiempos en los que todos estamos tan frustrados. Los políticos pertenecen a uno de esos sectores de población activa a los que no se exige que hagan su trabajo. Tenían uno que hacer estos meses pasados, formar un gobierno, pero han decid-do no hacerlo y ahí siguen. Yo, cuando no hago mi trabajo, pago una serie de consecuencias, pero ellos parece que viven al margen de la realidad a la que tenemos que someternos los demás. Pero sí, alguien tendría que hacer algo.

La imagen del reportero es la de un profesional inquieto que salta de tema en tema y para poco en casa.

Yo soy una persona bastante normal. No paso tiempo en casa porque tengo mucho trabajo, pero también tengo la inmensa suerte de tener una compañera de vida, mi señora, Rosaura, que comparte esta profesión conmigo y me ofrece el privilegio de poder llamar hogar o casa a cual-quier lugar en el que estemos los dos juntos. Lo que echo mucho de menos es mi pueblo, Artajona.