El Departamento de Cohesión Territorial, a través de la Dirección General de Obras Públicas e Infraestructuras, ha efectuado esta semana sondeos en el túnel de Belate para determinar la resistencia de rocas, con más de 250 millones de años, que componen los estratos de esta zona. Los trabajos permitirán establecer las soluciones técnicas y refuerzos necesarios para la construcción de la duplicación de este túnel.

Durante este reconocimiento, para el que ha sido preciso cortar el tráfico del túnel durante tres jornadas, en horario nocturno, de 23.00 a 6.00 horas, se ha recabado información geológica y geotécnica del subsuelo del túnel para precisar y posicionar la presencia de dos tipos de rocas, las pizarras negras y las pelitas rojas, que determinan la deformabilidad del túnel. De esta manera, se determinará en qué tramos será necesario construir una contrabóveda reforzada para evitar movimientos de tierra.

El nuevo trazado para la duplicación de los túneles de Belate y Almandoz en la carretera N-121-A es adyacente al existente, separado entre ejes en los tramos de túnel entre 30 y 100 metros. Por ello, los terrenos por los que discurre son los mismos que los de la calzada actual, lo que permite desarrollar sondeos en las galerías existentes.

Las pruebas se han realizado por un equipo de perforación y un equipo de ensayo de las empresas Geocontrol, S.A. y PJS Proyectos, Estudios y Servicios Técnicos de Navarra, S.A. (SERTECNA), la agrupación de empresas adjudicataria de la redacción del proyecto de duplicación de los túneles de Belate y Almandoz.

Los sondeos se han realizado en un tramo de 800 metros en el núcleo del túnel de Belate. Para ello, se perfora la calzada y se realiza una perforación en el subsuelo de al menos 5 metros de profundidad. Se extrae un fragmento del subsuelo del túnel, conocido como columna de sondeo, que permite conocer los diferentes estratos del terreno, su composición y su disposición estructural.