El fiscal superior de Navarra, José Antonio Sánchez, recordó ayer los datos a la baja en el ámbito de la jurisdicción penal que refleja la Memoria de la Fiscalía durante el año 2020, con un total de 27.271 procedimientos nuevos, lo que supone 3.546 asuntos menos que en el año 2019, en torno a un 11,5% menos. Esa disminución es totalmente lógica si tenemos en cuenta las especiales circunstancias vividas, y sobre todo sus consecuencias a estos efectos.

El fiscal analizó que, desde el punto de vista cualitativo de los delitos, habitualmente en actos como la apertura del año judicial que había ayer “siempre hacemos referencia a delitos como los relativos a libertad sexual o a la violencia de género, ya que indudablemente son los que desde el punto de vista mediático suelen ser los que mas interesan o repercusión social tienen”. No obstante, Sánchez quiso este año referirse a los delitos de estafa por internet, “dado su importante aumento, cosa lógica si tenemos en cuenta la generalización del uso de internet para la compra y venta de productos, operaciones bancarias de todo tipo, etc., pero especialmente nos preocupan los problemas para poder dar una respuesta adecuada por la jurisdicción penal a estos delitos, dado que se va observando un paulatino aumento de las sentencias absolutorias o ya, incluso, de la imposibilidad de acusar ante la falta de obtención de pruebas suficientes que nos permitan formular una imputación formal”.

Por tal motivo, el fiscal explicó que “el problema en este tipo de delitos no es tanto su aumento, que lo es lógicamente, como la dificultad de obtención de pruebas suficientes para poder obtener una condena, pues en muchos casos el único dato con el que podemos contar es el del teórico titular de la cuenta en la que se ingresa el dinero por el estafado, pero es que últimamente ni eso, al, por ejemplo, abrir esas cuentas con identidades de personas a las que le han sustraído su DNI o que han obtenido sus datos por cualquier otro medio y aperturar cuentas bancarias y sacar el dinero con esas identidades falsas”. Por ello, si a dichos datos, añadió el fiscal “unimos que en muchos casos esas estafas se cometen desde el extranjero, las posibilidades de obtención de datos suficientes para poder imputar al presunto autor, son escasas y de ahí nuestra preocupación. A lo que hay que añadir las dificultades para repatriar el dinero estafado cuando este se puede localizar en una cuenta en un país extranjero, incluso aunque sea de la Comunidad Europea, al abrir la Justicia de esos países y por la tenencia de ese dinero su propia causa penal, por ejemplo, por blanqueo de capitales o causa similar y quedarse con dicho dinero”.

“En este tipo de estafas hay grades problemas para ‘repatriar’ el dinero estafado”

Fiscal superior de Navarra