- Esperanza Mora y otras tres compañeras del servicio de limpieza del CHN se presentaron voluntarias para limpiar y desinfectar las plantas covid. Su labor se ha vuelto fundamental en un momento en el que la higiene es una barrera más contra la pandemia, pero hasta ahora las trabajadoras denuncian que han estado en un segundo plano. "Nos presentamos como voluntarias para limpiar las plantas covid y era un trabajo muy intenso porque teníamos que desinfectar todo en tiempo récord. Nuestro trabajo es fundamental, pero siempre ha estado en un segundo plano", sostiene.

LEA TAMBIÉN: Las huellas que deja la pandemiaEsperanza lleva un año y tres meses de baja. Tras los peores meses de la pandemia -los primeros- tuvo que cogerse la baja en junio de 2020 por culpa de una fascitis en sus rodillas. Preguntada por cómo ha afectado la pandemia a su vida, Esperanza relata que la atención que ha recibido por su enfermedad se ha alargado demasiado en el tiempo: "Ahora en los centros de salud solo te atienden por teléfono y tardan mucho en darte una cita presencial. Llevo un año de baja y estoy viendo que la Atención Primaria va muy lenta y debería recuperar ya la atención presencial. Luego las consultas también tardan mucho; entre la primera y la segunda que he tenido ha pasado un año".

Ahora Esperanza trata de recuperarse de su lesión para volver a trabajar pero reconoce que la pandemia ha dejado huella en la sociedad y también en ella misma. "Ha sido muy duro y muy difícil para mí, me ha marcado mucho. Al principio también había más compañerismo y teníamos los aplausos, pero después todo el mundo se relajó", recuerda. De cara al futuro, destaca que la vacunación es la clave para acabar definitivamente con la covid-19: "Hasta que no estemos vacunados todo el mundo esto no acabará".

"Nuestro trabajo es fundamental, pero siempre ha estado en segundo plano"

Personal de limpieza del CHN