- Acción contra la Trata organizó el martes pasado la primera jornada sobre salud mental y atención a mujeres en situación de prostitución y trata. Allí, la psicóloga Satoko Kojima presentó la primera parte de un trabajo con el que busca analizar la situación, sensibilizar a la población y potenciar la coordinación entre los recursos existentes.

¿Cómo nace este trabajo?

-El estudio surge de la necesidad de hacer el diagnóstico de la situación de las mujeres y niñas víctimas de la trata y la prostitución en Navarra. Asimismo, recogemos las barreras que hay y las atenciones que se realizan desde los recursos actuales. La intención era tomar el pulso y ver qué es lo que se les estaba ofreciendo, qué accesibilidad hay y cuál es el alcance real de las atenciones que se realizan con especial atención en la salud mental. El trabajo va a continuar a lo largo de 2022 bajo la dirección de Rosa Cobo y Patricia Amigot, donde intentaremos profundizar en este fenómeno tan complejo.

Se trata de un campo todavía muy poco estudiado.

-En general, hay muy pocos estudios por el momento sobre prostitución y trata. Y, de los pocos que hay, la mayoría se centran en la trata con fines de explotación sexual, dejando un poco fuera la prostitución. Entonces, creo que cualquier aportación que se vaya haciendo en este campo va a ser valiosa. Los análisis se han centrado generalmente en los aspectos legales o en temas de personalidad. Todavía faltan estudios sobre las consecuencias de la prostitución y trata en la salud -tanto psicológicas como físicas- y mi intención era hacer una aportación en ese sentido.

¿Qué consecuencias psicológicas se observan en las mujeres en situación de prostitución?

-Son las consecuencias de la polivictimización. No se puede hablar de un único trauma porque son mujeres cuyos derechos han sido vulnerados prácticamente desde que son niñas. En un porcentaje muy elevado, existen experiencias de agresión sexual y violencia física ya desde la infancia. A eso se le suma la parentalización, la responsabilidad que ellas asumen desde que son niñas y la interrupción de su proyecto educativo. Todo es por la misma razón: vienen de países donde las mujeres tienen muy pocos derechos. Si alguien de la familia tiene que ser sacrificado para alimentar al resto, va a ser siempre la mujer y preferentemente la hermana mayor. Parten de un entorno muy desfavorable y, en ese contexto, es donde se procede la captación. Luego, sufren una enorme violencia en la prostitución tanto por parte de los tratantes como de los consumidores y, una vez que salen, todavía siguen siendo vulnerables durante muchos años debido a su situación de irregularidad. Hablamos de experiencias de polivictimización y eso puede llevar a lo que se conoce como trauma complejo.

¿Qué estrategias utilizan para aguantar una situación así?

-Las mujeres en esta situación despliegan una cantidad enorme de estrategias de afrontamiento para poder sobrevivir. La primera es la sororidad, que ellas practican sin saberlo. Muchas mujeres hablan de estrategias de protección entre ellas mismas: intentan juntarse y ayudarse. Luego, emplean la disociación de la personalidad, que es tanto un síntoma de estrés postraumático y de trauma complejo como una consecuencia de la necesidad de protegerse de esas experiencias tan dolorosas.

¿Cómo se puede ayudar desde la psicología a una mujer en situación de prostitución?

-Lo que encuentro en este estudio es que la atención psicológica es un recurso todavía poco accesible para las mujeres. Lo que tenemos que hacer desde las entidades es pensar en alguna manera para hacerlo más accesible. Yo creo que eso empieza por flexibilizar los formatos, salir un poco de la idea tradicional de lo que es la atención psicológica y hacer un esfuerzo mayor por acercarnos a las mujeres de un modo adecuado a la situación personal de cada una.

Si ya es difícil para el resto de la población pedir ayuda, supongo que lo es todavía más para ellas.

-Claro. Partimos de la base de que muchas mujeres desconocen qué es la atención psicológica o tienen muchos prejuicios ante los psicólogos. Aparte, supone un gran dolor indagar en la propia historia personal. Hacer un proceso terapéutico no es nada fácil. Creo que nosotras tenemos que amoldarnos un poco más y ofrecer estos servicios de una manera atractiva para ellas. Para empezar, tenemos que ponerlo en la agenda y ser conscientes de que es muy difícil que ellas lo soliciten por su cuenta.

También hay que superar problemas culturales, de idioma y de escasa formación de los profesionales en este ámbito tan concreto.

-Sí. El idioma es un factor que ha sido señalado como clave por prácticamente todas las profesionales a las que he entrevistado. Estamos hablando de mujeres migrantes en su gran mayoría. Por ejemplo, en los casos de las nigerianas, de mujeres con idiomas minoritarios como el guaraní o de otros pueblos del África subsahariana, la barrera del idioma es muy importante. Pero yo creo que las profesionales también tenemos que abrirnos a iniciar procesos terapéuticos introduciendo la figura de una traductora o una intérprete. Me gustaría recalcar la figura de la mediadora intercultural. En Acción Contra la Trata, trabajamos con ellas y me parece que son una figura imprescindible para poder atender adecuadamente a las mujeres en situación de prostitución y trata. Debería haber una mediadora intercultural en cada colegio, cada centro de atención primaria o cada unidad de barrio. La visión que aportan, la comprensión y la riqueza que transmite es lo que permite romper esa barrera entre nosotras y ellas.

¿Hay falta de apoyo por parte de las instituciones?

-Yo pienso que recursos hay. Lo que pasa es que hay que adecuarlos. Se debe facilitar más a través de estrategias como introducir la figura de la intérprete, flexibilizar los formatos o mejorar la formación. También mejorando la coordinación entre nosotras porque puede haber servicios que están ahí y que siguen infrautilizados.

¿Cuál es la situación de Navarra?

-Creo, y estoy hablando con bastante objetividad, que en Navarra se hace mucho. Hay un esfuerzo fuerte por sensibilizar y por entender. Se ve una voluntad firme de avanzar y hacer bien las cosas en el campo de la prostitución y creo que podemos seguir avanzando en los próximos años.

"Son mujeres cuyos derechos han sido vulnerados desde niñas: sufren polivictimización y trauma complejo"

"Los psicólogos debemos flexibilizar los formatos para acercarnos de una manera adecuada a cada una de ellas"

"El idioma es un problema, por eso es tan importante el papel de las traductoras y de las mediadoras interculturales"