- Siete fundaciones empresariales y la Cruz Roja han creado una alianza para abordar y prevenir la soledad no deseada y el aislamiento social, en un plan piloto que se iniciará en Catalunya y que se quiere extender en todo el Estado, y que cuenta con solicitar fondos europeos Next Generation.

La alianza, en la que toman parte, entre otras firmas, la Fundación la Caixa, Vodafone y la propia Cruz Roja, busca diseñar e implementar políticas que permitan abordar la soledad no deseada y el aislamiento social. En ella se han analizado diez colectivos susceptibles de padecer en algún momento soledad estos problemas, como las personas mayores, jóvenes emigrantes, desempleados de larga duración, familias monoparentales o víctimas de violencia machista.

Otros colectivos que pueden padecer la soledad no deseada son las personas con enfermedades crónicas o de larga duración y enfermedades mentales, afectados por la brecha digital, personas sin hogar o reclusas o exreclusas, tanto en el ámbito urbano como rural.

Se trata, explicó Manel Górriz, responsable de Innovación de Cruz Roja en Catalunya, de detectar de forma temprana la soledad no deseada, predecirla incluso, intervenir en aquellas personas que lo requieren, sensibilizar a la población sobre este tema y concienciar a la administración y otros actores para que “hagan suyo el compromiso”.

La soledad no deseada es el sentimiento subjetivo y mantenido en el tiempo que surge cuando una persona siente que no puede compartir sus vivencias con alguien más o que no puede acudir a nadie cuando se encuentra en una situación en la que está en riesgo su vida, seguridad o bienestar.

Cualquier persona puede sufrir soledad no deseada o aislamiento social, tanto en ámbito urbano o rural: personas mayores, familias monoparentales o adultos que viven solos, víctimas de violencia de género, o jóvenes, entre otros.

Algunos de los factores más frecuentes que aumentan el riesgo de aislamiento social son: la invisibilidad urbana de las personas, la despoblación de las zonas rurales, las dificultades económicas y el desempleo o la brecha digital, falta de acceso a recursos digitales.

Para combatir la soledad no deseada hay que detectar y realizar un diagnóstico de las necesidades basadas en el análisis de los datos, identificar problemas emergentes a través del análisis de patrones de actuación y ejecutar el diseño y la respuesta personalizada, a nivel individual, grupal y comunitario, más eficaces y eficientes orientadas al empoderamiento de las personas y a la autosostenibilidad de las soluciones aportadas.

En la presentación se dio a conocer los casos de dos jóvenes oriundos de Marruecos y Senegal, el de una mujer enferma de esclerosis múltiple que cría sola a su hijo de 13 años y el de una anciana que, a pesar de que recibe la visita de su hija y su nieta, siente que hay muchas horas al día en las que está sola.

En este último caso, la mujer, que ha padecido varios reveses graves de salud en los últimos años, indicó que las llamadas y las visitas de voluntarios de la Cruz Roja y como la tratan y se interesan por ella la hace estar “muy agradecida” a la entidad porque mejora su estado de ánimo.

Según datos de la Cruz Roja, un 22% de las personas que han sido atendidas han sufrido soledad de manera continuada en estos dos últimos años, que coinciden casi con el inicio de la pandemia de la covid-19, y el 54% de estas personas reconoce que la situación les ha afectado emocionalmente.

Se considera que la soledad no deseada es el sentimiento subjetivo y mantenido en el tiempo que surge cuando una persona siente que no puede compartir sus vivencias con alguien más o no puede acudir a nadie cuando se encuentra en una situación en la que está en riesgo su vida.

“Se trata de detectar

de forma temprana este problema y sensibilizar a la sociedad”

Cruz Roja Catalunya