Tudela trata de recuperar la normalidad después de la riada histórica de este pasado fin de semana que ha obligado a evacuar a veinte personas de sus viviendas del Casco Antiguo para realojarlas en un hotel de la ciudad. Los vecinos han comenzado a limpiar sus pertenencias, como en la calle Patio y Portal.

Desde el consistorio tudelano han informado de que se ha reabierto al tráfico el puente del Ebro, cortado desde la tres de la madrugada del domingo, desahogando así el tráfico, y el carril de salida de Tudela por el paseo de Pamplona.

El nivel del río sigue bajando y a las 13:00 horas el sistema de medición instantánea de la Confederación Hidrográfica del Ebro registraba 2.142 metros cúbicos por segundo, prácticamente 800 metros cúbicos por segundo menos que ayer a las dos de la tarde, cuando alcanzó su pico máximo.

La calle paseo Pamplona está también limpia, con lo que la vida "normal" comienza de nuevo. Los garajes de esas calles se afanan en sacar agua con motobombas y los seguros reciben ya las primeras llamadas.

El agua se ha retirado a las 9 de la mayoría de las calles, pero en otras como Huerto del Rey o Verjas sigue con más de 50 centímetros. Asimismo, la Policía Local ha comunicado que se puede acceder a Tudela por Paseo del Castillo y la calle Caldereros y que todavía se encuentran cerrados a la circulación de vehículos y tránsito peatonal el Paseo del Cristo y las calles Verjas, Portal y Fosal.

Tudela ha pasado al nivel 1 de emergencia de inundaciones tras descender el nivel del río Ebro de los 2.709 metros cúbicos por segundo, que registró el domingo a las dos de la tarde a su paso por la ciudad, a los 2.292 metros cúbicos por segundo que ha marcado el sistema de medición instantánea de la Confederación Hidrográfica del Ebro a las 9:00 horas de hoy.

La desesperación y la impotencia son los sentimientos más extendidos entre los vecinos y comerciantes afectados por esta riada. "Nunca nunca, nunca había subido tanto", repiten unos y otros. Se quejan de la escasa presencia municipal y de no haber tomado más medidas. Con alturas de 1,50 metros en algunas casas de Verjas, San Julián o Portal, el agua ha movido neveras, motos y lavadoras.

Hay casos como el de Vanessa Serrano, que compraron la casa en la calle portal hace 15 años sin saber qué era zona inundable, o de Anyuri Gorjon, que apenas lleva tres años y está sola limpiando la devastación. Comercios como 18 grados confían en los seguros para poder seguir trabajando, y Casa Alberto reúne fuerzas para poder abrir hoy, con la despensa aún con 20 cm de agua.