Una operación conjunta llevada a cabo por la Policía Nacional y la Policía Foral, con la colaboración de la Policía Municipal de Tudela, ha supuesto la incautación de 175,5 kilos de speed, 100.000 pastillas de MDMA, 270 kilos de marihuana y más de cuatro kilos de éxtasis cristalizado, entre otras drogas, que habrían alcanzado un valor de unos 4 millones de euros en el mercado negro. Se trata del mayor alijo de sulfato de anfetamina (speed) aprehendido en el Estado español hasta la fecha.

Con esta actuación policial, saldada con la detención de cho personas, cinco de ellas navarras, en Tudela, Catalunya, Alicante y Castellón, se da por desarticulada una organización criminal que controlaba la distribución en el noroeste de España y que disponía de fuertes conexiones con Países Bajos, desde donde importaban la sustancia. Todos los arrestados, tres de los cuales han ingresado en prisión, son de nacionalidad española, tienen entre 30 y 40 años y carecen de antecedentes.

La operación fue presentada ayer por el delegado del Gobierno en Navarra, José Luis Arasti; el comisario principal de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (UDYCO) de la Comisaría General de la Policía Judicial, Santos Bernal; la comisaria jefe de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de la Policía Nacional, Nuria Mazo; y el jefe de la Policía Foral, Juan Carlos Zapico.

Las investigaciones policiales comenzaron sobre un grupo afincado en Catalunya y Navarra que, presuntamente, se estaba dedicando al transporte y distribución de grandes cantidades de sulfato de anfetamina, que era distribuida por la Ribera Baja de Navarra. Las comprobaciones iniciales permitieron confirmar que la organización realizaba portes semanales de importantes cantidades de droga, ya que se estima que en los últimos meses esta organización podría haber transportado más de 500 kilogramos de drogas de síntesis en la zona del noreste español.

La vía de entrada en España eran las provincias de Barcelona y Tarragona, en donde la organización disponía de infraestructuras, y se confirmó que en la Ciudad condal tendrían contactos con el grupo suministrador de la sustancia. Tras una ardua investigación, los agentes lograron identificar a todos los miembros que conformaban el entramado criminal, entre ellos un individuo que residía en la localidad de Benicarló, en la provincia de Castellón, donde habían establecido una base de operaciones para nutrir y distribuir la sustancia estupefaciente en la costa levantina.

Asimismo, el grupo investigado disponía de la infraestructura terrestre necesaria para llevar a cabo no solo la distribución, sino el transporte de la misma, para lo cual contaban con vehículos especialmente preparados para poder trasladar grandes cantidades sin ser detectados en controles rutinarios. Distribuían en varios puntos al mismo tiempo, de modo que, una vez que un vehículo salía cargado de droga, solía hacer paradas técnicas en localidades como Zaragoza o Logroño, entre otras, donde suministraban todo tipo de drogas de síntesis e incluían en su oferta sustancias como cocaína y marihuana.

Tras un primer arresto en Tudela, donde se localizaron a finales de junio 170 kilos de speed en un trasero, los agentes continuaron profundizando en la organización, hasta llevar a cabo la detención de a todos sus integrantes y llevar a cabo numerosas entradas y registros en diferentes provincias. De este modo, se pudo confirmar que se trataba de una organización criminal “polivalente”, dedicada al tráfico de diversas clases de sustancias estupefacientes, si bien se centraba especialmente en drogas de tipo sintético como sulfato de anfetamina, ketamina y MDMA, tanto cristalizado como en pastillas. Una vez adquiridas e introducidas en el Estado, la cortaban y adulteraban en virtud de sus conocimientos técnicos para aumentar su valor y ganancia ilícita.

Precisamente, en el momento de la desarticulación del grupo, los detenidos estaban a punto de recolectar una plantación de marihuana de más de 50 plantas de una altura que superaban los tres metros y que arrojaron un peso superior a los 270 kilogramos. Eran utilizadas para su distribución en España y en otros países europeos, y también como moneda de intercambio por sustancias de síntesis.