El mundo del motor está de luto. El piloto navarro Iñaki Irigoyen falleció este domingomientras disputaba la 38ª Subida a Urraki, en Azpeitia, después de que su vehículo se saliera del trazado y colisionara contra un pretil por motivos que se desconocen.

Irigoyen, de 50 años y natural de Pamplona, era el actual campeón navarro de Subidas de Montaña y, según fuentes de la organización, "tenía muchísima experiencia. Llevaba muchos años corriendo", tanto con turismos como con vehículos de categoría CM.

El fallecido, que llevaba el dorsal 9, competía por primera vez con un nuevo vehículo, un Tracking RC01, un CM más similar a un turismo que a una barqueta, que había probado previamente en circuitos.

El siniestro se produjo minutos antes de las 11 de la mañana, en el punto kilométrico 2,5 de la GI-3740, durante la manga de entrenamientos, en una zona que, según la organización, no presenta una especial dificultad para los pilotos, donde nunca había habido ningún problema anteriormente, y donde los vehículos suelen ir a gran velocidad.

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El coche de seguridad llegó en unos treinta segundos al lugar del accidente, y el coche R llegó en apenas minuto y medio desde que se produjo el siniestro. Este coche R realiza las labores de rescate en primera instancia en las situaciones de peligro, y cuenta con un médico, personal de la DYA, un especialista en incendios y dispositivos de excarcelación. El médico no pudo hacer nada por salvar la vida del piloto, que falleció en el mismo lugar del accidente.

La organización suspendió la prueba inmediatamente después de conocer el fallecimiento.

La Subida a Urraki, que este domingo cumplía 38 ediciones, es una carrera clásica en el calendario automovilístico vasco y una de las competiciones que tiene más tirón entre los aficionados.

Irigoyen, que era un enamorado de Donostia, era uno de los 58 pilotos inscritos en la prueba guipuzcoana, que contó con presencia de público.

El fallecido era padre de una niña de 15 años y de un niño de 8. Goian bego.