Cientos de arrasatearras secundaron ayer el llamamiento hecho el día anterior por movimientos feministas de la localidad, que organizaron una concentración de repulsa contra el último asesinato machista que ha sacudido al municipio. Se trata de la muerte de Marian Ibarluzea, una vecina de la localidad afincada desde hace décadas fuera de Gipuzkoa, de las cuales los últimos diez años los había pasado en Gran Canaria, y cuyo cuerpo fue hallado la pasada semana, un día antes de que su pareja se presentase ante la Guardia Civil y confesase su asesinato.

La cita tuvo lugar a las 12.30 horas en la Herriko Plaza de Arrasate, donde los concentrados participaron en 20 minutos de silencio en memoria de la fallecida, tras lo cual los grupos feministas Pottogorriak, Arrasateko Emakumeen Mundu Martxa y Arrasateko Bilgune Feminista procedieron a leer un comunicado en el que, además de denunciar lo ocurrido, mostraron su solidaridad con la familia de la fallecida. En su escrito recordaron que Marian Ibarluzea, de 65 años, desapareció el pasado día 28. Un vecino, amigo de la fallecida, fue quien dio la voz de alerta, después de que Ibarluzea le hubiera confesado, vía WhatsApp, que había discutido con su pareja, un sevillano de 43 años. Este último había dicho al amigo de la fallecida que Marian había decidido irse después de la discusión, lo que hizo que se encendieran todas las alarmas.

Una vez alertada la Guardia Civil, comenzó el dispositivo de búsqueda que culminó el pasado martes, día 29, con la localización de sus restos mortales en las inmediaciones del domicilio que compartía, desde hacía un par de meses, con su pareja. Un día después, este, que ya se encontraba en situación de busca y captura, se entregó en una comisaría de Lanzarote, donde admitió los hechos.

El movimiento feminista arrasatearra denunció que la violencia contra las mujeres "no es casualidad, sino sistémica, estructural", y lamentó que todavía hay quien tiene la "tentación de revictimizar a las mujeres, haciendo creer que es un problema individual. Pero es una situación colectiva a la que tenemos que poner fin entre todos". "No admitiremos ningún tipo de violencia contra la mujer. Si agreden a una, responderemos todos", añadieron.

A su juicio, los asesinatos machistas "no son más que una consecuencia de la violencia extrema contra las mujeres", pero recordaron que se alimentan "de otros muchos tipos de violencia". De esta forma, si el asesinato es "la punta del iceberg", la violencia machista debe ser erradicada por el conjunto de la sociedad.

Asimismo, aprovecharon para trasladar su solidaridad a la familia de la fallecida, a la que brindaron toda la ayuda que necesiten en estos duros momentos.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, confirmó ayer en su cuenta de Twitter que tanto el asesinato de Marian Ibarluzea como el cometido contra otra mujer en Torrejón de Ardoz (Madrid), fueron de índole machista, por lo que 2020 cerró el año con 45 mujeres asesinadas que dejaron huérfanos a 26 menores.

Montero admitió que, si bien en el caso de la arrasatearra no había antecedentes de violencia de género, el asesino "la mató y la quemó". "Llevaban tres meses viviendo juntos. La violencia machista más brutal atraviesa las vidas de muchas mujeres a diario y la mayoría de veces en silencio", subrayó.

"Desde las instituciones tenemos el deber y obligación de poner todos los recursos para acabar con un problema estructural de violencia contra la mitad de la población", reiteró la titular de Igualdad.

Finalmente, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, consideró "inasumible" que en el último año 45 mujeres hayan sido asesinadas por sus parejas o exparejas. "Os queremos vivas. Libres", publicó el presidente, también en una red social.

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