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Un trío que deja huella en el Replasa Beti Onak

Valeska Lovera, Eider Hernández y Adriana Mallo han sido parte de la historia del club navarro en los últimos años; ahora dicen adiós

Un trío que deja huella en el Replasa Beti OnakIñaki Porto

Las tres se mueven en la veintena y, pese a su juventud, ya pueden decir que han sido parte de la historia del Beti Onak en los últimos años. Valeska Lovera, de 26; Eider Hernández, de 23; y Adriana Mallo, de 22, se despidieron el sábado de la afición de Villava-Atarrabia. Jugaron su último partido con la camiseta del Replasa, al que dejan en la máxima categoría una temporada más antes de emprender nuevos caminos. Sin embargo, jamás olvidarán su paso por un club y por un pueblo donde han dejado huella.

Después del partido ante el Mecalia Atl. Guardés, ante el que se firmó la permanencia tras la victoria por 23-22, la entidad navarra quiso reconocer a unas jugadoras que lo han dado todo a nivel deportivo y personal. Las tres fueron partícipes en su día del histórico ascenso a la elite del balonmano desde la División de Honor Plata. Las tres han contribuido a mantener al equipo en lo más alto de este deporte durante tres campañas, que se convertirán en cuatro. Y las tres se han proclamado subcampeonas de la Copa de la Reina este curso, tras una hazaña que será difícil de olvidar.

Pero esto es deporte y ahora toca decir adiós. La chilena Valeska Lovera regresa al Aula Valladolid, donde ya jugó dos cursos; Adriana Mallo vuelve a su tierra, Galicia, para vestir la camiseta del BM Porriño; y la navarra Eider Hernández tratará de desplegar toda su calidad en el Zuazo. Proyectos muy diversos para tres jugadoras que quieren seguir creciendo en el mundo del balonmano. 

Lovera (Chiguayante, Concepción, 22/09/1998) hace las maletas para retornar a una tierra que ya conoce. Después de cinco temporadas en el Beti Onak, vestirá de nuevo la camiseta del Aula Valladolid, entidad en la que jugó en las campañas 2016/2017 y 2017/2018. “Tengo ganas de ver qué tal este equipo, que será nuevo. Ilusión por ver lo que viene”, confesaba tras el partido ante el Guardés del sábado.

Valeska Lovera, reconocida por el club.

De momento “toca descansar”, coger fuerzas después de un curso que ha supuesto su regreso a las pistas tras recuperarse de una grave lesión en su rodilla izquierda. La lateral chilena reconocía el sábado sentirse “feliz” por finalizar en la novena plaza y, por lo tanto, asegurar la permanencia en la Liga Guerreras Iberdrola. “El trabajo duro que hemos hecho durante este último mes se ha notado. Creo que al final nos ha llegado la recompensa. Pero como siempre, y como se conoce bien aquí en Atarrabia, tiene que ser en un partido sufrido. Contenta pese a todo por ver que el Beti se queda un año más en la máxima categoría”. La parte “triste”, sin embargo, era la despedida. “Para mí han sido los mejores años que he vivido en mi carrera deportiva. El Beti Onak es un club que, además, me ha permitido formarme como entrenadora, una faceta que yo no conocía de mí”, resaltaba la jugadora.

Eider Hernández, al Zuazo

En 2022, cuando el Beti Onak ascendió a la máxima categoría, Eider Hernández (Beintza-Labaien, 4/10/2001) lloraba de alegría por la calle Mayor de Villava-Atarrabia acompañada de su amiga y capitana Olaia Luzuriaga. El sábado esas lágrimas regresaron y fue muy emotivo ver cómo la lateral navarra se fundía en un sentido abrazo, agachada, junto a la portera pamplonesa.

Eider Hernández, junto a Olaia Luzuriaga.

Tras siete temporadas en el Beti Onak, la siguiente campaña vestirá los colores del Zuazo en la División de Honor Oro. Allí espera desplegar todo su potencial desde el exterior. “Todo esto es un poco agridulce”, confesaba después de ganar al Mecalia Guardés. “Llevo siete años aquí, que ya son. Me quedo sobre todo con la gente. Con las compañeras de equipo y con el pueblo de Villava, que no ha dejado de venir a animarnos finde tras finde y nos ha seguido donde hiciera falta”, afirmaba muy emocionada.

Adriana Mallo regresa a su tierra

Llegó a Navarra con 17 años y ahora, a sus 22, cierra su etapa en el Beti Onak y regresa a su tierra, Galicia, para defender la camiseta del BM Porriño. Adriana Mallo (Vigo, 24/08/2002) ha jugado durante cinco temporadas en Villava-Atarrabia, lugar al que sin duda volverá. “Me fui de mi casa con 17 y aquí me dieron la oportunidad. Confiaron en mí y han hecho que, a día de hoy, sea la jugadora que soy. Hemos disfrutado mucho juntos y estoy muy agradecida. Regresaré, porque parte de mi familia la tengo también aquí”, indicaba.

Antonio Urbiola anuda un pañuelico a Adriana Mallo.

La viguesa confesaba que ha vivido “unos meses complicados” por el cambio, por “asumir todo esto”. Sabía que el del sábado iba a ser “un partido especial” en el que, si todo iba bien, como así fue, se tenía que despedir “de mi casa”. “Estoy muy emocionada por todo lo que el club ha hecho por mí y por todo lo que he hecho yo también por ellos”, aseguraba. A partir de la próxima temporada tocará asumir “un nuevo reto” en un Porriño donde espera “seguir creciendo. Donde llegue a ser la mejor jugadora que pueda”.