Independizarse en Madrid y marcharse a vivir solo, sin compartir piso con nadie, se está convirtiendo en una misión casi imposible para jóvenes y no tan jóvenes, a tenor de lo que cuestan los alquileres de auténticos zulos en la capital de España.

La cuenta de Twitter @elzulista no se cansa de rastrear y denunciar la cantidad de pisos grandes en precio y diminutos en tamaño, en los que tan pronto puedes encontrar la taza del váter dentro de la ducha, el frigorífico colocado sobre la encimera o la cama pegada a la cocina.

Es el caso de un piso madrileño (en Pradolongo, barrio de Usera) de 18 metros cuadrados y que se alquila “amueblado” (según el anuncio en Idealista) por 850 euros al mes. Si uno ve las fotos que acompañan en anuncio y no presta demasiada atención, verá un coqueto estudio recién renovado con lo imprescindible para sobrevivir viviendo solo.

Pero si se profundiza en las imágenes verá que es una caja de cerillas en la que si conviertes el sofá en cama y te tumbas tendrás los pies a menos de 30 centímetros de la cocina, si es que se puede llamar así a una pequeña pared con una encimera con una pequeña placa vitrocerámica, un microondas, un fregadero y un frigorífico XS. Y no quieras ver la tele porque no tienes dónde colocarla, salvo que decidas que su sitio es el interior del armario.

Ni una mesa cabe, con lo que hay que imaginarse cocinando, intentando evitar que el aceite de las croquetas no llegue a la funda nórdica y comiendo en la misma cama. Y coge la botella de agua de la nevera antes de abrir la cama, que si no ya podrás abrir la puerta.

El remate llega con el baño, que está acorde con el resto: de nuevo te conviene mantenerse en tu peso, si no no podrás acceder a la taza del váter, encajada a presión al lado de la ducha.

Esta maravilla se encuentra en una primera planta sin ascensor, pero, eso sí, con una terraza con una micromesa y dos sillas y una lavadora, “permitiendo lavar sin que moleste ningún ruido”, dice el anuncio. Que la única mesa y las únicas sillas de la casa estén en una terraza no ofrece demasiadas garantías si uno pretende estudiar, tomarse un café o trabajar con el ordenador portátil durante el frío invierno madrileño.

Todo ello con bien de luz artificial, para ahorrar, porque la única luz natural que puede penetrar es la de un pequeño cristal traslúcido que hay sobre la puerta de acceso a la terraza, una puerta tan estrecha que como hagas una comida copiosa en el exterior igual ya no puedes volver a entrar en casa.

Si todas estas características no te han hecho descartar este chollo y aún lo mantienes como opción, tendrás que reservarlo on line y confiar en que te va a convencer, porque la agencia no realiza visitas previas.

Y no se trata de un caso aislado, en esa misma zona, y en muchos casos remitiendo al mismo número de teléfono, se alquilan numerosos pisos de entre 18 y 25 metros cuadrados por precios que incluso superan los 1.000 euros al mes, lo que ha provocado la indignación de numerosos usuarios en las redes sociales.