madrid - Feliz por la participación “de lujo” que ofrece la 71ª edición de la Vuelta y convencido de su apuesta por “buscar el espectáculo de principio a fin” con un recorrido basado en finales en alto o con trampa, Javier Guillén, director de la ronda española, espera “superar la emoción” de la inolvidable edición de 2015, donde el italiano Fabio Aru dio el golpe de mano decisivo en la sierra madrileña.
“Si hubiera tenido que firmar una participación hubiera firmado una como ésta. Van a estar los mejores corredores y más competitivos, y además a todos ellos les va muy bien el recorrido. Creo que el espectáculo está asegurado”, aseguró Guillén.
Con la presencia de Froome, Nairo Quintana, Contador y Valverde, entre otros, Guillén entiende que teniendo en cuenta el desgaste del Tour y de los Juegos “no se puede pedir más a la participación”.
El máximo responsable de la Vuelta cree que resultará “difícil” superar las emociones de la pasada edición, pero asume el reto: “Es difícil igualar la Vuelta del año pasado porque tuvo el desenlace soñado, pero nuestra vocación es superar la emoción y el espectáculo de 2015. El recorrido diseñado favorece esa posibilidad. Esperamos que la Vuelta se decida en Aitana, pero el día antes hay una crono en Calpe que puede apretar la general. Me conformaría con un final similar al de la temporada pasada”, explica.
Desde un punto de vista estético, Javier Guillén espera mucho de la 71ª edición, convencido de que la belleza de las etapas se exportará a todo el mundo, y del recorrido destaca que habrá batalla “ya desde el principio”.
“Ilusionado” con el diseño de un recorrido que incluye 10 finales en alto, Guillén destaca la dureza que espera en la jornada con final en el Aubisque francés y a título personal confiesa que le provocan una especial ilusión el regreso de la Vuelta a Bilbao y la jornada con final en la cima castellonense de Mas de la Costa: “Me ilusiona volver a Bilbao por el gran recuerdo que dejó en las anteriores visitas, y con la etapa de Castellón tengo la esperanza de descubrir un nuevo Ézaro, una Camperona o un Cuitu Negru. Tiene los 4 últimos kilómetros más duros de la península”, explica.
Sobre la decimocuarta etapa con meta en el coloso francés del Aubisque, Guillén comentó que se trata de un recurso que hay que explotar: “Los Pirineos entran y salen entre Francia y España, los organizadores son franceses y es un lugar idóneo, muy bonito para poner una etapa de alta montaña. Nos ilusiona ese final en el Aubisque, es una novedad y nosotros lo que queremos es potenciar la innovación, y lo haremos en un lugar mítico del Tour y del ciclismo”, dijo.
Después de las experiencias negativas de la pasada temporada con los incidentes de algunos corredores con motos de carrera y del incidente del Ventoux en el Tour de Francia, Guillén lanza una apuesta “por la precaución” como base de la seguridad en carrera y anuncia algunas medidas: “Apostamos por la precaución y la máxima atención de los vehículos en carrera. El corredor es lo más importante y hay que respetar las distancias. Hemos revisado el protocolo de vehículos. El reto es cero accidentes”, explicó. - Efe