En la isla de las bicicletas, en Mallorca, en su Challenge, donde parece que se congela el tiempo, existen los saltos generacionales. Es un deporte de contrastes el ciclismo, capaz de asistir al triunfo de Alejandro Valverde el sábado con 41 años colgándole del dorsal y al de su 'hijo', Arnaud de Lie, un día después. El belga, bisoño, es un querubín de apenas 19 años. Con ese aspecto imbatible que otorga la juventud, De Lie festejó su primera victoria profesional. Se bautizó en el Mediterráneo con la prisas propias de los jóvenes, tan dados a la aceleración, más si cabe cuando uno es velocista y corre con el hambre desmesurada de las primeras veces.

No se puede entender un velocistas sin urgencias, sin las sirenas puestas a modo de tarjeta de presentación. La juventud ha sido el hilo conductor de la Challenge de Mallorca. Tres de los cinco vencedores de la isla se manejan en el discurso de los veinteñeros: De Lie, McNulty y Grimay. Entre medias pespuntó Wellens, un treintañero. Después, Valverde, 41 años. Una anomalía.

De Lie, un novicio en la máxima categoría, alzó los brazos en su tercera carrera en el profesionalismo. Un registro inmejorable. "Realmente no tengo palabras para describirlo, es increíble ganar de inmediato en mi tercera carrera como profesional", certificó el belga. Para su estreno victorioso tuvo que derrotar a Molano y Weemaes en el esprint de Palma. Con el éxtasis del belga se cerró la jovial Challenge.

El norteamericano del UAE, Brandon McNulty se exhibió con una victoria exuberante el primer día de competición. Nadie pudo sombrearle. McNulty, 23 años, es un dorsal a tener en cuenta. Se sublimó con una fuga en solitario que el pelotón, a pesar de su empeño, no pudo cicatrizar. El ciclista de Phoenix, que el pasado año vistió el maillot de líder en la Itzulia, prenda que le arrebató finalmente Primoz Roglic, se llevó el Trofeo Calvià con un renta de 1:17 sobre el gran grupo después de una escapada de 60 kilómetros. De algún modo, McNulty adelantó el estado de forma con el que asomará Progacar después de su entrenamiento en altura en Sierra Nevada. El UAE quiere ir más allá del radio de acción del astro esloveno.

Subcampeón del Mundo sub' 23, Biniam Grimay, 21 años, mostró su punta de velocidad en la segunda manga de la Challenge. El ciclista eritreo derrotó a Ryan Gibbons, Giacomo Nizzolo e Iván García Cortina, cuarto. Evidenció su enorme progresión y su destreza para manejarse en los esprints. El corredor africano dejó constancia de su calidad. El sueño de Grimay es coronarse algún día en la Milán-San Remo, la clásica que ama a los velocistas. De momento, en la apertura de la campaña se apuntó una victoria que le concede impulso y que le sitúa entre los velocistas en los que fijarse.

EXTRAORDINARIO VALVERDE

El tercer día de competición asistió al triunfo de Tim Wellens, que alcanzó el laurel en el vis a vis con Alejandro Valverde, segundo en meta. El esprint entre ambos no fue el más pulcro del mundo, precisamente. Wellens cambió de trazada y desactivó la remontada que pretendía Valverde. El belga pidió disculpas al español en el podio, pero se quedó con la victoria. Wellens es un ciclista muy competitivo en cualquier caso. Para él fue el Trofeo Serra de Tramuntana. El belga, de 30 años, fue el hombre que sirvió de puente entre las generaciones.

Valverde, el eterno, el hombre a una victoria pegado, olvidó aquella afrenta de inmediato y resolvió su siguiente aparición con una victoria sin mácula frente a McNulty y Vlasov en un remate que se adecuaba a su inmenso catálogo. De ese modo certificó su 131ª victoria en el profesionalismo. En el curso de su retirada descorchó su primer triunfo con el laurel del Trofeo Pollença-Port d'Andratx. Del vencedor más longevo, de la figura totémica de Valverde, icono exitoso, se pasó al más joven, De Lie, un desconocido en la isla de la juventud. Eterna para algunos. Fugaz para otros.

BUENA ACTUACIÓN DEL EUSKALTEL

En la jornada de cierre de la Challenge de Mallorca, el Euskaltel-Euskadi lo intentó con Xabier Mikel Azparren en la fuga del día. Después de que fuera neutralizada la escapada, lo intentaron Peio Goikoetxea y Xabier Isasa. La etapa se resolvió al esprint. Sin embargo, el trabajo realizado por la formación vasca obtuvo premio. Soto se alzó con el premio de la Montaña y Peio Goikoetxea, con los Sprints Especiales. Terminaba así por tanto la Challenge de Mallorca, donde el equipo naranja, siempre combativo a través de las fugas, fue protagonista. El Euskaltel-Euskadi continuará su periplo competitivo en la Volta a la Comunitat Valenciana entre el 2 y el 6 de febrero.