Jay Vine aplicó el rodillo en el Tour Down Under, su carrera. No le pudo desestabilizar Pello Bilbao, tercero en Australia después de sumar la primera victoria del curso el pasado viernes. En un domingo cualquiera, que no lo era, Vine se bautizó como campeón en una vuelta del WorldTour, un gran logro para un ciclista que asomó en el profesionalismo desde una competición creada por una compañía de rodillos. 

Vine fue el vencedor de aquel casting y el Alpecin le premió con un contrato. Inopinadamente apareció entre la niebla y el anonimato en la Vuelta a España. Contó dos triunfos en montaña. Sus registros en el rodillo arrodillaron al resto en dos cimas inéditas: Pico Mano y Collado Fancuaya. El misterioso Vine se desveló. 

El UAE entendió que Vine era apetecible y atractivo para su estructura. Lo incorporó para el presente curso y se doctoró en Australia después de gestionar con eficacia la última jornada, explosiva, corta, eléctrica y juguetona, apenas 112,5 kilómetros y cinco pasadas por Mount Lofty, una montaña con aspecto de repecho (1,5 kilómetros, al 6,8%). Un recorrido ideal para el enredo y las descargas eléctricas. El alboroto presidió la etapa, un cocktail de frenesí y urgencias que controló el líder, bien acompasado con su equipo.

Simon Yates se lleva la etapa

Hubo movimientos y zarandeos hasta que Simon Yates trató de destemplar a Vine en el giro final. El líder no le concedió ni un palmo. Se ató a él. Fue un apéndice de Yates. Ambos se retaron en el esprint. Ganancia para los dos. Yates batió en el vis a vis a Vine, que celebró el triunfo de la carrera. Puño en alto. La segunda plaza se la quedó el inglés, que también lanzó confeti. 

Pello Bilbao, séptimo en la etapa final a media docena de segundos de Yates y Vine, cerró el podio de la carrera australiana. Serpentinas para el de Gernika. Otro gran resultado para la hoja de servicios del gernikarra, el hombre que siempre está ahí. Competitivo en cualquier rincón del mundo, incluso con el mapa del revés.

Excelente Pello Bilbao

Ese es el valor de Pello Bilbao, la consistencia, la regularidad y su afán por la búsqueda incesante de la excelencia. El vizcaino sigue teniendo hambre y la inquietud propia de los que buscan su mejor versión. Por ese camino de esfuerzo y dedicación se ha situado entre los notables en el ciclismo de los highlights y los fenómenos rupturistas. 

Pello Bilbao responde a otra corriente, la clásica, la de la maduración lenta. Es un ciclista un tanto contracultural si se atiende al relato que trasciende ahora. En la tendencia que manda en el ciclismo, Bilbao es un ave exótica.

Mejoría constante

Inteligente, Pello Bilbao optó por adaptarse. Puro darwinismo. Solo sobreviven los que reconocen sus limitaciones y se las ingenian para adaptarse al contexto y las circunstancias que imperan en ese momento. Con esa idea en la cabeza, el de Gernika supo que tenía que mejorar su explosividad, su reprís y su chispa para tener más opciones de victoria. En las dos últimas campañas ha trabajado en ello. 

Esa ganancia le concedió tres triunfos en la pasada temporada y en la presente le ha impulsado a festejar una victoria y la pisada en el podio del Tour Down Under, una cita que el vizcaino había señalado entre sus prioridades. Pello Bilbao deja huella en Australia.

VICTORIA AL ESPRINT PARA ARNAUD DE LIE

El curso ciclista en Europa se abrió este domingo con la Clàssica a la Comunitat Valenciana. La carrera, con salida en Valencia y final en La Nucía se resolvió al esprint, como era de esperar. Nadie más veloz que Arnaud de Lie, el jovencísimo belga.

De Lie, apenas 20 años, demostró una vez más su aceleración y alzó los brazos para mostrar el puño de hierro de su victoria. En el esprint, Antonio Soto logró la sexta plaza y Gotzon Martin fue séptimo. El Euskaltel-Euskadi situó a cuatro de sus hombres en el top-20 y se llevó la victoria por equipos. Además, Iker Ballarin estuvo presente en la fuga.