La protesta en contra del genocidio de Israel para la Vuelta.EFE / EP
40“En mi hambre mando yo”, cuentan que le gritó un jornalero a un cacique del pueblo que pretendía comprar su voto con una limosna que mitigara su hambre, su pobreza y su miseria.
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Aquel hombre, sin embargo, era digno, rico de espíritu y negó dar el voto al cacique por un puñado de monedas.
Cada uno elige cómo vivir, cómo transitar y cómo será recordado. La lápida se talla a través de la vida. La historia juzgará a unos y a otros.
A veces, la voluntad de un hombre no se puede comprar y tampoco destruir porque sobrevive en la memoria.
Con ese material con el que se forjan los sueños, esculpió Mikel Landa una estupenda actuación. Con la mirada vigilante arponeó la fuga buena Landa, que pertenece a la estirpe de los grandes escaladores, corredores que producen emoción en la retina.
Firmó Landa un etapa para la memoria en un paisaje abrupto, picudo, punzante a cada pulgada, que finalizó sin acabar, amputada por las protestas.
Solo Egan Bernal, otro hombre que viene desde el mismo centro del dolor, que regresó milagrosamente de la muerte, 20 huesos quebrados y una rehabilitación dolorosa después, mitigó el empeño del alavés. Dos hombres y un destino.
Egan Bernal derrota a Mikel Landa en una etapa recortada por las protestas.
Compartían pasado Landa y Bernal, unidos por vínculo del sufrimiento. Los dos llegaron juntos, pero Bernal impuso su reprís ante Landa, al que tanto le penaliza su falta de chispa.
El de Murgia, impecable su puesta en escena, necesitaba llegar a solas, pero las ganas de Bernal, un superviviente, se lo impidieron. Nada como la victoria de los vencidos. Las más bellas.
La mejor y más simbólica victoria de Bernal, la más celebrada, tiene que ver con la vida aunque no hace tanto tiempo que se coronó en el Tour de 2019 y se pintó de rosa en el Giro de 2022.
Los fastos de aquellos logros, que le situaron en el Olimpo, empequeñecieron cuando el colombiano sufrió un espeluznante accidente en enero de 2022 tras chocar a alta velocidad contra la parte trasera de un autobús mientras entrenaba en Colombia.
El terrible accidente pudo costarle la vida debido a la gravedad de las lesiones sufridas. Sobrevivió, aunque se astilló entero. La anatomía de Bernal se convirtió en una cartografía quebrada del esqueleto humano.
Contabilizó la rotura de 11 costillas. Fémur. Rótula. Cervicales T5-T6. Odontoides. Metacarpiano. Un pulgar. Un diente. Perforación de los dos pulmones. Los cirujanos consiguieron soldar su cuerpo, reconstruirlo, tras una tarea de orfebrería.
Acarició la victoria Landa, roto en el Giro tras una caída, pero esta eligió a Bernal, al final en paz consigo mismo. El de Murgia continúa sin encontrar su musa. Demasiado tiempo sin levantar los brazos. Ese es su deseo. El anhelo de los tiempos felices.
A Landa y Bernal les sostiene la pasión. Ambos honraron la competición en una Vuelta agonizante, a punto de un colapso multiorgánico. Los manifestantes reivindican los derechos humanos de un pueblo masacrado. No apagarán sus voces que paran la Vuelta.
Carretera cortada
Al igual que sucedió en Bilbao, la meta tuvo que adelantarse 8 kilómetros porque la carrera estaba cortada. Los manifestantes bloqueaban el paso cuando restaban más de dos kilómetros para Mos, la meta original.
Imagen de la protesta antes de meta.
Las manifestaciones en contra de la masacre y el genocidio que perpetra Israel están desnaturalizando la Vuelta, que debe reflexionar si merece la pena su continuidad, convertida la competición en un pandemónium.
Palpita a espasmos la carrera, inmersa en el caos, rehén del Israel, que no tiene ninguna intención de abandonar la prueba, y de la UCI, que no decide expulsar al equipo del que es propietario Sylvan Adams, un reconocido sionista amigo íntimo de Netanyahu.
Salida de la etapa, donde se reprodujeron las protestas.
La UCI no actúa y se ampara en la neutralidad a pesar de que es notorio qué demanda la carrera. Un árbol en medio de la calzada que señala al bosque, a un genocidio que el pueblo no soporta ante la indiferencia de muchos Estados pero cada vez menos ciudadanos. Se agita el pueblo. Da igual dónde.
Árbol atravesado en la carretera antes de que pasara la Vuelta este martes.
La chispa de Navarra y Bilbao ha prendido en una carrera que es un mapa de la incertidumbre. La Vuelta arde entre la indignación en un bosque repleto de protestas. En cada etapa, un Vietnam. ¿Tiene sentido que la Vuelta continúe?
En ocasiones, basta como una buena frase para ser recordado. “Yo me quedo por aquí”, dijo en medio del estupor Miguel Ángel López cuando dejó la Vuelta en 2021, cortocircuitado por un calentón camino de Mos. El colombiano extravió el podio cuando no pudo conectar con los favoritos y como consecuencia de ello, optó por bajarse de la carrera.
Ni la llegada de su director, Patxi Vila, hora en Red Bull, ni la intermediación de Imanol Erviti, una voz respetada y autorizada en el Movistar, pudieron hacerle cambiar de opinión. Miguel Ángel López, que dos días antes del famoso capítulo venció en una ascensión corajuda el Gamoniteiru, rompió con todo.
Desde aquel episodio, el colombiano, al que llamaron Superman López, se le le deshilachó la dicha y el vuelo. Acabó sancionado por dopaje años después. Sin embargo, aún resuena la frase de un episodio surrealista.
Landa, al ataque
En la segunda travesía de la Vuelta por Galicia, se conformó una nueva fuga, el estado natural de la carrera. En el territorio Comanche de Pontevedra, Landa invocó a su orgullo a 60 kilómetros de Mos, para olvidar el dolor de espalda que le apalea el ánimo desde que se estrellara en Giro y se fracturara un vértebra.
Aliviaba así Landa la pena que le aflige. El escalador de Murgia, en su pose natural, lució su media sonrisa en el Alto da Groba. Con la lluvia floreció Landa, un brote verde al fin entre tanto padecimiento. Su estirón convocó una revuelta entre los escapados, que se lanzaron miradas aviesas después de su entente cordial.
Vuelta a España
Decimosexta etapa
1. Egan Bernal (Ineos) 3h35:10
2. Mikel Landa (Soudal) m.t.
3. Brieuc Rolland (Groupama) a 7’’
4. Nico Denz (Red Bull) a 1:02
5. Clément Braz (Groupama) m.t.
6. Bob Jungels (Ineos) a 1:10
7. Kevin Vermaerke (Picnic) a 1:12
8. Finlay Pickering (Bahrain) m.t.
53. Markel Beloki (Education First) a 11:58
128. Xabier Mikel Azparren (Q 36.5) a 17:54
General
1. Jonas Vingegaard (Visma) 61h16:49
2. Joao Almeida (UAE) a 48’’
3. Tom Pidcock (Q 36.5) a 2:38
4. Jai Hindley (Red Bull) a 3:10
5. Giulio Pellizzari (Red Bull) a 4:21
6. Felix Gall (Decathlon) a 4:24
7. Matthew Riccitello (IPT) a 4:53
28. Mikel Landa (Soudal) a 59:02
49. Markel Beloki (Education First) a 1h38:33
140. Xabier Mikel Azparren (Q 36.5) a 3h23:10
Con Landa buscaba la redención Bernal, que sabe lo que es el dolor; el no ser quién uno fue, pero que pelea cada pulgada para recuperar aquella esencia. Denz, Rolland y Braz participaban en el mismo asalto.
A unos segundos, se desgañitaba, estirando el cuello, los otros fugados en el debate por la gloria del día. En el pelotón, desconectado, de nuevo en modo de ahorro de energía, se dejó hacer. Al Visma no le interesaba el oleaje.
Todo lo que fuera sereno le alimentaba el ánimo. Vingegaard añoraba la ausencia de Campenaerts, que no salió tras enfermar. Javier Romo sí se posó sobre el asfalto, pero abandonó como consecuencia de la caída que padeció el domingo.
Mikel Landa, excelso, completó una gran etapa.
El pleito continuaba en el Alto de Prado, donde también hubo un árbol cortado, pero la organización pudo despejar la zona antes del paso de los ciclistas.
Soler, vencedor en La Farrapona, y Pickering pellizcaron para buscar al grupo de Landa entre carreteras secundarias, vías estrechas, foresta y caminos vecinales.
La Galicia rural en apogeo. Un territorio ideal para los buscavidas, aventureros y cazadores de tesoros.
Denz perdió gas, laminado por la lija de una ascensión sin comodidades, con rampas tremendas, que gatear. Soler también daba tumbos. Landa, Bernal y Rolland danzaban por delante.
El de Murgia, ambicioso, estupendo, se fue haciendo grande. Su sonrisa no era ya una mueca. La lucía del todo. Una década después. Rolland claudicó. Landa y Bernal bailaron en la intimidad. Los dos buscaban la redención, la luz al final del túnel en Mos.
Por radio les comunicaron que el final se situaría 8 kilómetros antes. Fue un comienzo para ambos, luz de esperanza. Bernal se rehabilita en una Vuelta enferma.