Síguenos en redes sociales:

Este es el inesperado planeta del sistema solar que tiene auroras boreales, aunque no son como en la Tierra

El telescopio espacial James Webb ha conseguido fotografiar por primera vez las auroras de Neptuno, el planeta más alejado de Sol

Este es el inesperado planeta del sistema solar que tiene auroras boreales, aunque no son como en la TierraNASA/ESA

La actividad solar a lo largo del año pasado resultó muy intensa, algo que originó que en la Tierra se produjeran no solo más auroras boreales, sino que además fueran mucho más profundas de lo habitual y se pudieran ver en lugares tan inusuales como el sur de la península ibérica, que se considera el límite más extremo al que puede llegar este espectáculo de luces.

Dado que el origen de las auroras boreales se encuentra en los vientos solares que circulan desde el Sol y alcanzan la Tierra, no es extraño plantearse la posibilidad de que fenómenos similares se den también en otros planetas del sistema solar.

Imagen del plantea Neptuno tomada por la sonda espacial Voyager 2 en 1989.

Sorpresa en los planetas gaseosos

Con la inestimable ayuda del telescopio espacial James Webb, los astrónomos han podido confirmar una brillante actividad auroral en Neptuno, el planeta más alejado del Sol, gracias a las imágenes captadas desde el observatorio espacial lanzado en 2021. Este hallazgo ayudará a comprender la naturaleza del campo magnético de este gigante gaseoso.

La fotografía obtenida permite apreciar por primera vez el fenómeno de las auroras en Neptuno. El último planeta del sistema solar confirma las sospechas de los astrónomos sobre esta actividad que, además de en la Tierra, también se ha detectado en los otros planetas gaseosos: Júpiter, Saturno y Urano.

En el caso de Neptuno, estos datos se obtuvieron en junio de 2023 mediante el sistema espectrógrafo de infrarrojo cercano integrado en el telescopio. Además de las imágenes del planeta, los astrónomos obtuvieron un espectro para caracterizar la composición y medir la temperatura de la atmósfera superior de Neptuno, de su ionosfera.

En la imagen de la derecha, las auroras de Neptuno coloreadas en azul cian sobre la superficie del planeta

Por primera vez, encontraron una línea de emisión extremadamente prominente que conlleva la presencia del catión trihidrógeno (H3+), que puede crearse en las auroras. En las imágenes Webb de Neptuno, la aurora brillante aparece como una serie de manchas representadas en color azul cian.

Los astrónomos afirman que este descubrimiento ayudará a comprender la interacción de las partículas solares a distancias mayores, así como el funcionamiento de los campos magnéticos de este planeta.

Auroras diferentes

La formación de las auroras se fundamenta en las partículas de energía originadas por el Sol que quedan atrapadas por el campo magnético de un planeta y chocan con su atmósfera superior. Finalmente, la energía liberada de esta interacción es lo que produce sus característicos colores.

Pero en el caso de Neptuno, hay una circunstancia que lo hace especial. A diferencia de lo que se suele ver en otros planetas, las auroras de Neptuno no se posicionan en los polos Norte y Sur del cuerpo celeste como ocurre en la Tierra, Júpiter o Saturno, sino que se ubican a una latitud geográfica media. Si lo comparásemos con la Tierra, esto quiere decir que se verían a la altura de América del Sur. En Urano también se ha detectado cierto desplazamiento, aunque no tan extremo.

En 1989, la sonda espacial Voyager 2 determinó que el campo magnético de Neptuno estaba desviado 47 grados con respecto al eje de rotación del planeta. Esto explicaría por qué las auroras en este planeta se posicionan lejos de los polos de rotación.

Además, datos también recogidos por Voyager 2 predijeron que una baja temperatura en la atmósfera podría influir en la intensidad de la actividad auroral. De hecho, un cambio abrupto de enfriamiento, pese a la distancia del Sol, cambiaría por completo las condiciones de una región atmosférica. La suma de estos dos factores explica por qué las auroras de Neptuno no se han podido detectar durante tanto tiempo.

Gracias al telescopio Webb, los científicos esperan estudiar en profundidad los límites del sistema solar. Durante un ciclo solar completo, es decir, un periodo de 11 años, recogerá la actividad del campo magnético producido por nuestra estrella sobre Neptuno, y los resultados podrían arrojar luz sobre su errático campo magnético.