Este es el colorido nombre que se le da a la Luna llena más pequeña del año y que podrás ver este domingo
En la madrugada del domingo la Luna alcanza su apogeo, el punto de su órbita elíptica alrededor de la Tierra más alejado
Llevamos un mes en el que los espectáculos celestes se suceden. Y muchos de ellos tienen que ver con nuestro satélite, con la Luna. Si el pasado mes de marzo pudimos presenciar un magnífico eclipse lunar con la sombra de la Tierra oscureciendo el brillo que le da el Sol, este mes de abril, en concreto este domingo 13, llega la oportunidad de observar la miniluna, una luna llena más pequeña de lo habitual.
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Además, a este fenómeno se le une otra llamativa circunstancia, el nombre que recibe desde hace tiempo, cuando la Luna también era considerada un indicador del calendario. Esta luna llena de abril, sea miniluna o no, recibe el nombre de Luna Rosa.
¿Y ese nombre?
Durante mucho tiempo, la humanidad tomó la Luna como un modo de medir el tiempo. Su ciclo lunar, más corto que el del Sol, dividido en distintas fases (llena, menguante, nueva y creciente) permitía llevar un control del paso del tiempo y dividirlo en semanas, meses, estaciones y años. Esto permite que en función de la época se le pueda dar nombres concretos a determinadas partes del calendario.
Así, la luna del pasado mes de marzo se llamaba Luna Roja por el color que adquiere en esta época del año en la que la primavera comienza. En este marzo de 2025 se dio la circunstancia de que coincidió con un eclipse lunar que oscureció y no se percibió esta tonalidad.
Curiosamente, aunque se le dé también nombre de color a la luna llena de abril, este no tiene nada que ver con el que luzca en la madrugada de este domingo, a las 02.20 horas. El punto de partida es más terráqueo, más terrestre. Resulta que esta luna llena coincide con la floración primaveral, cuando las plantas se empiezan a llenar de colores. Y las primeras de esta explosión tienden al color rosa.
Otro nombre colorido es el de luna azul, y tampoco tiene que ver con el color que muestre este cuerpo celeste. Se llama así a la segunda luna llena que se dé en un mes del calendario o a la tercera luna de una estación del año que tenga cuatro. Ambos fenómenos lunares son relativamente inusuales, ya que ocurren cada dos años y medio. El uso de este apelativo viene de la frase inglesa once in a blue moon, que significa algo que ocurre rara vez.
Un fenómeno óptico
En cuanto a lo de miniluna de abril, o microluna le llaman también, no se trata de un misterioso fenómeno en el que la Luna se encoja y se expanda. Simplemente se trata de un efecto óptico lunar tan sencillo como que unas veces está más lejos y otras más cerca de la Tierra durante su viaje orbital a su alrededor.
El viaje de la Luna en torno a la Tierra no es circular, es elíptico. Esto significa que unas veces está más cerca y otras más lejos, lo que se traduce en que, vista desde la Tierra, cuando está lejos se ve más pequeña y que cuando pasa cerca parece haber crecido. En la madrugada del 13 de abril se da la circunstancia de que el momento de la luna llena (cuando el Sol se refleja en toda la Luna) coincide con que nuestro satélite ha llegado a su apogeo, ese punto en el que se ha alejado 406.000 kilómetros de la Tierra, la distancia máxima. El caso contrario, las populares superlunas, que ofrecen la posibilidad de conseguir espectaculares fotos de edificios, monumentos y paisajes recortados contra ella, se dan en el perigeo, cuando la distancia solo llega a 360.000 kilómetros. La distancia promedio entre la Tierra y la Luna es de 382.500 kilómetros.
El abrazo del Sol y la Luna
Esta diferencia entre una y otra distancia es lo que hace variar cómo vemos la Luna, su tamaño relativo en nuestro campo de visión. Es lo que se conoce como tamaño angular. Así, una de estas microlunas se verá entre un 6% y un 7% más pequeña que una luna media y entre un 12% y un 14% más pequeña que una superluna, según se puede leer en la web Timeanddate.
A efectos prácticos, además de percibir la Luna algo más pequeña, también la veremos algo más oscura. Esta circunstancia facilitará que, si el cielo está claro y la contaminación lumínica no es mucha, podamos distinguir con más facilidad las estrellas y otros cuerpos celestes. No con la misma claridad que en una noche de luna nueva (sin brillo), pero sí mejor.
Para los amantes del mar, la microluna también influye en las mareas, haciendo que tenga una variación de unos 5 cm menor que en las mareas medias calculadas.
Esta luna llena de abril es la segunda miniluna de este año, pero también la más pequeña de las que se van a dar en 2025. La siguiente, y la última del año, tendrá lugar en mayo, cuando el satélite se encuentre a algo más de 405.200 kilómetros de distancia.