Netflix ha estrenado la primera temporada de Fanático, una serie protagonizada por el actor argentino Lorenzo Ferro y dirigida por Roger Gual que ofrece un retrato de la industria de la música urbana y refleja lo “engañosa” que puede llegar a ser la fama.

Lorenzo Ferro encarna a los dos protagonistas, Salva y Lázaro, convertidos en dos versiones de Quimera, una exitosa estrella musical que se quita la vida en el primer concierto de su gira mundial, encabeza el reparto junto a los actores Carlota Urdiales, Dollar Selmouni y Fernando Valdivielso.

Ferro, también conocido como “Kiddo Toto” en su faceta de cantante, confiesa sentirse identificado con los personajes que interpreta, pues, según el actor, Quimera representa su “parte oscura” mientras Lázaro refleja su “lado inocente”.

El intérprete argentino saltó a la fama con un papel protagonista en la película El Ángel, elegida para representar a Argentina en la 91 edición de los Óscar en la categoría de mejor película de habla no inglesa, y cumple con el perfil que Gual estaba buscando, el de “un actor sólido y potente que también fuese músico”. El artista ha detallado que, para prepararse el personaje de Quimera, lo visualizaba como un boxeador, “con una respiración pesada”, que está cansado de la fama, y a Lázaro como un “chihuahua” ansioso por alcanzar el éxito.

LA HISTORIA

Después de la muerte de Salva, Lázaro, un joven repartidor de comida muy parecido a él y fan incondicional de Quimera, se convierte de la noche a la mañana en su ídolo, adoptando su imagen, su música, su vida y sus fans y renunciando a una vida de verdad.

Tanto Carlota Urdiales, quien interpreta a Mia, la pareja y directora artística de Salva, como Ferro han coincidido en que la serie refleja la hipocresía de las discográficas y de la industria musical, algo que no han experimentado en sus propias carnes, pero que han asegurado haber visto.

El director de la serie ha destacado que espera que el público se haga preguntas sobre “la necesidad que tenemos los humanos de no pasar inadvertidos y lo obsesionados que estamos con la cultura de la aceptación en redes sociales”, y que se planteen qué harían en una situación como la de Lázaro. Gual ha desvelado que les encantaría hacer una segunda temporada, ya que la historia de Lázaro “se puede alargar” y transmitir la sensación de “vértigo” que tiene el personaje.