Daniel Sánchez Arévalo se lanza a la dirección de series con Las de la última fila, un delicioso canto a la sororidad que el madrileño se debía a sí mismo: “Después de Diecisiete (2019) sentí que quería hacer una historia de mujeres; era una necesidad, una deuda con el universo femenino en mi ficción”, afirma.

Pero no solo es una serie sobre la sororidad y el acompañamiento femenino, apunta una de las protagonistas, Itsaso Arana: “También es muy gamberra. Creo que todavía, hoy en día, ver a cinco tías pasándoselo bien, es revolucionario; haciendo uso de sus cuerpos, de su libertad y sus ganas de vivir sin estar todo el rato pendiente”. “Ver a cinco tías entrando en el agua haciendo la ballena varada... eso sí que es revolucionario”, aporta entre risas su compañera de reparto María Rodríguez Soto, avergonzada 'de mentira' al recordar una desternillante escena de la serie, estreno mundial en Netflix el próximo 23 de septiembre.

“Pues también es revolucionario darles espacio a las actrices para que participen en el proceso creativo”, se pica Sánchez Arévalo, quien confiesa que fue la reacción de su mujer al contarle la idea lo que le empujó a ir adelante: “Se le cambió la cara y me dijo que querría ver esa serie”. “Para mí siempre es contar historias, me da igual novela que película, obra de teatro o serie -señala-, pero es verdad que el reto ha sido extraordinario en todos los sentidos: escribir los seis capítulos y dirigirlos todos, y la postproducción -de la que se habla poco-, solo, durante quince semanas, es duro, muy exigente, y tenía mucho miedo de no llegar”. “Me ha gustado pero ya quiero hacer una peli”, confiesa el director de películas como Gordos (2009), Primos (2011) o La gran familia española (2013).

UN VIAJE TRANSFORMADOR

La serie comienza cuando estas cinco amigas treinteañeras, íntimas desde que iban al colegio y a las que un profesor colocó en la última fila de la clase por el orden alfabético de sus apellidos, se rapan la cabeza como gesto de amor hacia una de ellas que tiene cáncer. Son Sara (Itsaso Arana; Reyes de la noche, La Virgen de Agosto), Alma (Mónica Miranda; Todos lo saben, Lo dejo cuando quiera), Carol (María Rodríguez Soto; Los días que vendrán), Leo (Mariona Terés; Veneno, Paquita Salas) y Olga (Godeliv Van den Brandt; Valeria, Sky Rojo), que todos los años se van una semana juntas. Antes de irse a la playa han pactado no hablar de la enfermedad. Además, todas deberán cumplir un reto, un deseo o algo que no se hubieran atrevido a explorar antes.

Cada una lo escribirá en un papel, lo meterá en una caja y todas deberán cumplirlos todos, sin excepción. Los papelitos fueron el resultado de una investigación muy larga que el director armó con las respuestas de más de un centenar de mujeres que participaron en el casting. “Les pregunté qué cosas harían si supieran que les queda poco tiempo de vida, frívolas, profundas o emocionales. Solo puedo decir que los seis papelitos que sacan son reales”.

Tanto las actrices como el director se metieron en el proyecto en momentos personales de cambio que han nutrido la serie, aseguran. Miranda opina que todos los personajes, no solo el suyo, Alma -una lesbiana que vive un momento de dudas con su pareja-, han hecho un viaje completamente transformador; “el mío -dice- es como esas mochilas que vas arrastrando hasta que caen por su peso, con lo duro que es a veces ese apego a los lastres”. Terés opina que Leo -la más huraña, enfadada consigo misma porque está más gorda de lo que querría-, transita “hacia el amor con ella misma, con su situación y con las amigas”. Y Olga, la congoleña Van den Brandt (modelo antes que actriz, como certifica su más de 1,80 de estatura), “no busca complicarse la vida ni que se la compliquen. Es un poco ‘mi vida es así, vivo con mis gatos, hago mi vida en Lavapiés', y ya. Y no nos parecemos nada -rompe a reír- porque yo me complico mucho”.

Ninguna de ellas supo hasta la última escena quién era la que tenía cáncer. “Fue una decisión que tomé tras mucho pensar porque quería que todas lo vivieran en primera persona y aguantamos hasta el último momento”, afirma el director de Azuloscurocasinegro (2006).

GRAN ELENCO DE REPARTO

Y con ellas, en pequeños (y jugosos) papeles, Macarena García (Paraíso, El ministerio del tiempo), Michelle Jenner (Isabel), Carmen Machi (Amor de madre) y Antonio de la Torre (Gordos, La gran familia española), y un coprotagonista, Javier Rey (Fariña, Velvet), el sexto amigo y único chico.

“Me moría por trabajar con Carmen Machi, y con Macarena -confiesa-. Y cómo no iba a estar mi hermano Antonio”. Sobre Rey, explica que es la primera vez que escribe un personaje masculino sin “taras” y que se comporta “como debería comportarse cada hombre en este planeta. Un hombre que no existe: nadie es tan perfecto”, afirma.