“Soy como se me ve, desgraciadamente. Un obseso del control en la parte creativa”. Quien firma esta frase es Antón Álvarez Alfaro, Pucho para los amigos y C. Tangana para el gran público seguidor de su faceta artística. Musical hasta el momento y también con una incursión cinematográfica a partir de ahora.

En lo musical, y en concreto en los más de cuatro años transcurridos desde que su exitoso disco El Madrileño empezó a gestarse en Cuba hasta que fue llevado al escenario de la gira Sin cantar ni afinar por toda España y Latinoamérica pasando por el proceso de creación del espectáculo y la parte menos visible de todo ese viaje que incluye tanto las celebraciones del éxito como los malos momentos del cantante con su equipo, se fija la película documental Esta ambición desmedida que Movistar Plus estrena convertida en una serie de tres entregas.

La plataforma asegura que Una ambición desmedida. la serie no es un documental ni una gira sino una tragedia en tres actos “desde un punto de vista de intimidad muy privilegiado. Tanto es así, que difumina la línea entre lo real y lo representado, el personaje y la persona, los creadores y la obra. Una propuesta radicalmente diferente a lo que se espera de la serie documental de una figura que es enigmática hasta para sus personas más cercanas”, recoge la sinopsis oficial. 

MIEDO A LA EXPOSICIÓN

Quizá la posibilidad de que el público vea escenas de C. Tangana junto a su equipo, su pareja o su madre, a la que se escucha definir a su hijo como un vago, sea lo que hace al cantante afirmar que se ve “muy expuesto. Me remueve mucho verme enfadado con miembros de mi equipo y nunca lo habría puesto en una pantalla. Por otro lado, todo el mundo discute con su familia”. 

Reconoce que por ello se retiró de las sesiones de montaje para confiar plenamente en quienes son sus amigos de la productora Little Spain, con quienes baraja futuros proyectos. Durante la presentación de Esta ambición desmedida en la última edición del Zinemaldia donostiarra, declaraba que este proyecto le ha servido para verse desde fuera y darse cuenta de cosas que quiere mejorar. “No sabía hasta qué punto me estaba abriendo, porque estoy acostumbrado a estar con ellos y rodeado de cámaras. No habría dejado a nadie más que hiciera esto”, afirmaba.

En Esta ambición desmedida. La serie se puede escuchar a C. Tangana definirse como “uno de los mejores artistas de su generación” y lamentar que su lado “marquetiniano” le haya desprestigiado como artista. Aunque también insiste en que escribe canciones que es capaz de defender y que lo hace con pasión dentro de “un concepto artístico en el que creo”.