La serie Zoomers, que se estrenará el 3 de octubre en Prime Video, ofrece un retrato real de los conflictos a los que se enfrentan los jóvenes de la Generación Z en un contexto marcado por crisis como la pandemia, pero con un humor negro afilado que la sitúa más allá de la comedia juvenil.

Dirigida por Óscar Pedraza, con proyectos tan distintos como Patria o Sky Rojo, y escrita por Federico Mayorca y Guillermo Bandrés, entre otros, Zoomers es para su protagonista, el actor Biel Rossell, una “comedia dramática” e incluso “más drama que comedia”. Rossell, conocido por su interpretación del adolescente Enric en La Mesías, se pone en la piel de Javi, un chico de 18 años, inteligente, extrovertido y divertido, aunque un poco cínico, irónico y pesimista, con una visión muy particular del mundo, tras una tragedia personal.

La trama se desarrolla en un Colegio Mayor de Salamanca, donde llega este chaval para comenzar una carrera, lo que lleva a nuevas amistades, también a vivir situaciones incomodas, a descubrir el amor y en definitiva así mismo. Es un tiempo en el que Javi transita entre los miedos, inquietudes y contradicciones propias de la edad y de los zoomers, de los nacidos entre los 90 y principios de los 2010 cuando comienzan a navegar en el mundo de los adultos.

Ángeles

“Es una serie muy auténtica, real y utiliza el humor negro para reírnos de nuestras desgracias, de las que está sufriendo esta generación”, dice el actor, que pertenece a ella porque nació en 2004.

Rossell se siente identificado con esta generación que ha nacido casi dentro de una crisis, inmersa en las pantallas sobre todo con la pandemia, pero que se atreve a hablar “de forma más transparente de la salud mental, de la realidad, sin paternalismos, sin necesidad de ser dulce, de contar las cosas como son, sin taparse”.

Para trazar a Javi, Rossell ha seguido la batuta de Pedraza, que se enamoró del guión nada más tenerlo en sus manos. Cogió cariño a sus personajes y dijo que sí al proyecto, aunque anteriormente había rechazado otros juveniles porque pensaba que no tenía mucho que aportar. Al director, que se crió con La bola de cristal, el guión le produjo nostalgia y le hizo reflexionar sobre su propia infancia y adolescencia y las diferencias con respecto a la de los jóvenes de hoy.

“En el fondo es nada. Son muchas cosas, pero todas coyunturales. Todos tuvimos un primer beso, una primera vez en la que sales de tu casa solo y te mueres de miedo. Ese tipo de retos, los personales que vamos a vivir todos, nos guste o no, eran los que me interesaba contar”, contesta Pedraza.