EN Inglaterra se metieron con el vestido de Pastora Soler en la noche del pasado sábado en Eurovisión. Decían maldades del estilo de que parecía que se hubiera colgado un mantel. Pobre. El caso es que acostumbrados al estrepitoso fracaso dan por bueno el décimo puesto, como si en el fondo todo el mundo estuviera convencido de que los votos en este festival están tan amañados como los resultados en el fútbol italiano. Anoche fue la gran fiesta televisiva. La que importa de verdad si lo miramos por número de espectadores. GH dio su ganador aunque ya sabemos que les van a tener más tiempo recluidos. Estos concursantes dan tanto juego que forman parte del imaginario colectivo. Bueno del de algunos, porque si ponemos en valor las cifras resulta que 1 de cada 8 no sabe quién es Pepe, María, Alessandro ni dani.

Ayer fue un día de actuaciones decisivas. Si el ganador del GH se llevaba 300.000 euros la bolsa birló un 13 por ciento de la inversión que por decreto todos tenemos en Bankia. Lo cierto es que todo empezó mal. Por la mañana Rajoy dio una rueda de prensa para calmar al monstruo que amenaza con comerse todos nuestros ahorrillos. Una comparecencia en la que se jugaba las barbas para convencer a los mercados de lo que decía, por cierto nadie supo con exactitud si cuando no leía el papel que le habían escrito decía lo que tenía que decir. Pero los mercados no le creyeron y aunque al final no apareció el monstruo para tragarnos, el tipo de barbas del PP quedó como un auténtico mentiroso. Vale que Pastora se calzara el mantel de la abuela para no naufragar en Eurovisión. Rajoy se hundió tocado de corbata. No sé. Casi me lo imagino al final del día sentado en el sofá y mandando un sms para votar a Pepe en GH 13. Y es que el día del los gafes.