Jesús Calleja entrena en Cuatro a diez inexpertos para lograr su 'Desafío en el abismo'

madrid. Descender los 210 metros de profundidad del hoyo Cimarrón (Guatemala) es el gran premio de Desafío en el abismo, un programa en el que 10 concursantes acompañan a Jesús Calleja, Kike Calleja y Rafa Lomana por distintos paisajes sudamericanos que les ayudarán a ver el mundo con otros ojos.

Ha sido un rodaje de 36 días, con el equipo viajando un total de 2.500 kilómetros en 35 localizaciones mientras transportaban más de 1.000 kilos de equipación de montaña. "Vivimos momentos complicados y queremos demostrar al público que nada es imposible. Todo tiene solución", explicó Jesús Calleja en unas declaraciones durante la presentación.

"Los mejores escenarios de la cultura Maya" enmarcan las historias de los participantes, que son un grupo inexperto y muy humano al que han seguido las cámaras de Cuatro veinticuatro horas al día.

"Una novedad que hemos incluido en este programa es que se muestra la vida de los concursantes y por qué deciden formar parte de esta expedición", continuó Calleja. "La mayoría de los que están en esta edición no habían pasado ni una noche en un saco de dormir", explicó el aventurero sobre su grupo, en el que figuran una mujer que no sabía nadar y que buceará en unos complicados cenotes, y un joven cuyo sueño es salir en Wikipedia, aunque el vértigo le hace pasarlo mal en las pruebas. "Yo me he hecho seguidor total de la vida de estas personas. Miraba las grabaciones para poder conocerlos más, y ahora, después de haber montado el programa sigo en contacto con ellos y veo como la experiencia ha cambiado sus vidas", contó satisfecho el aventurero.

Dos expertos en escalada y preparación física, Kike Calleja y Rafa Lomana, formarán a los aspirantes y decidirán, después de cada prueba, quién debe abandonar el programa. Los dos concursantes que hayan demostrado mejores cualidades afrontarán el desafío final -el descenso al hoyo Cimarrón- pero sólo uno de ellos ganará el premio final: un viaje alrededor del mundo para dos personas.

Rafa Lomana, entrenador y hermano de la conocida colaboradora de televisión y empresaria Carmen Lomana, resumió el programa con cuatro palabras: "Dolor, sufrimiento, desgaste y superación" y alentó a los espectadores a colocarse "un arnés en el sofá de casa" todos los jueves a las 22:30 horas.

Además, tras los duros entrenamientos físicos, los concursantes han contado con el apoyo psicológico de un chamán que, a pesar de controlar el inframundo, "casi se va para adentro cuando le picó un escorpión". Con el chamán Juan Manuel Pérez, un especialista tímido y misterioso, los participantes practicarán rituales mayas milenarios para ayudarles a enfrentarse a sus miedos y frustraciones.

"Cuando vi a los aspirantes pensé que este año nos habíamos vuelto locos. ¡Qué pandilla tan inexperta y tan desigual! Pero rápidamente comprendí que la superación personal de cada uno iba a hacer que rompieran sus propias limitaciones", apuntó Calleja, quien además defendió la veracidad de su programa y quiso dejar claro que "en televisión puedes buscar audiencia o ser consecuente con tus principios", y él, ante todo lo que le obsesiona es "la verdad", concluyó.