Al juego de la ruleta rusa

Se veía venir. Y ya ha llegado. Me refiero a la posible denuncia que varios restaurantes van a presentar contra el programa de Chicote Pesadilla en la cocina. Chicote lleva visitados cerca de 70 cocinas y una buena parte de ellas se da cuenta de que el resultado tras la visita es nefasto. Primero porque Chicote no se corta un pelo en poner a parir a los responsables y luego por que dramatiza exageradamente las situaciones para poder después presentar al público una solución que llegue por la intervención de Chicote y lo convierta de nuevo en protagonista. El caso es que la historia se repite y muchos de los que un día dieron el pasito para que el chef les visitara, luego les penó porque tuvieron que acarrear con las consecuencias de la mala fama ganada en público como fue el c aso del restaurante Café Zamora, de donde Chicote salió huyendo y dejando la peor imagen que un negocio de hostelería pueda pensar. Y es que estos programas de cocinas los carga el diablo. Una cosa es pensar que la popularidad que otorga la televisión va a mejorar el negocio y otra muy distinta que te utilicen de chivo expiatorio y te presenten ante todo el mundo como el cocinero más guarro a base de sacar detalles de suciedad de la cocina o que les graben cuando en una ataque de ira le dicen a Chicote lo que muchos pensamos en nuestras casas. Y para acabar con la moda esta de las cocinas, comentarles que MasterChef Junior de TVE se marchó en lo alto llevándose una quinta parte de la audiencia. Dejando a la serie Pulsaciones de Emilio Aragón -al que todavía recordarán como Milikito-, por delante de ese engendro titulado GH VIP: Límite 48 horas, una nueva edición que ni nos la merecemos ni tiene sentido por el escaso tirón de los concursantes. A estas alturas, tampoco extrañaría que se unieran varios concursantes resentidos de GH y denunciaran a la cadena por no alcanzar las expectativas. La tele es un juego de ruleta rusa. Como te descuides, te saltas la tapa de los sesos en directo.