gijón - Los directores Alberto y Jorge Sánchez-Cabezudo han expresado la voluntad de rodar en Asturias las escenas de una segunda temporada de la serie La Zona, cuya primera parte de ocho capítulos se emite desde el 27 de octubre en el canal Movistar+. La serie “nació para continuar” y, una vez que finalicen las tareas de montaje de los últimos capítulos grabados, los realizadores se dedicarán a elaborar el proyecto de la segunda parte. La historia y la carga psicológica y dramática de los personajes “tiene todavía mucho por desarrollar” y tanto “la cadena como nosotros tenemos la intención de hacerlo, sólo falta que acompañe la audiencia”, afirmó Alberto Sánchez-Cabezudo. Los directores consideran que la serie debe seguir rodándose en Asturias.

Protagonizada por Eduard Fernández, en el papel de Héctor, un inspector de policía, único sobreviviente de un accidente nuclear, que lleva el mayor peso de la narración, La Zona es una “metáfora visual” de las consecuencias de la crisis económica. Los realizadores han buscado “afrontar desde una esquina diferente” y “desde la ficción” la realidad de la crisis y, si bien La Zona no es “la segunda parte” de su anterior trabajo, Crematorio, en el que abordaron el tema de la corrupción, “tiene una línea de conexión”. Jorge Sánchez-Cabezudo asegura que esta vez han hecho una “apuesta mayor por la libertad creativa partiendo de cero”, puesto que Crematorio fue una adaptación de la novela homónima de Rafael Chirbes. “Además hemos buscado hacer algo más visual, una historia no tan descriptiva en la que la carga dramática de los personajes tuviera mayor peso”, añadió Alberto. El proyecto estuvo paralizado porque, cuando se iba a rodar se produjo el accidente nuclear de Fukushima, en marzo de 2011, y “creímos que no era el momento de ahondar en las heridas”, explicó.

trama Un policía cincuentón, desesperanzado, que regresa a La Zona, donde murió su hijo y él fue el único superviviente, es el punto de partida de una historia en la que se entrecruzan sentimientos e intereses. Dentro se ha cometido un crimen. Alba Galocha, en el papel de Zoe, una joven que se busca la vida entre los rescoldos del accidente; Álvaro Cervantes, como Martín, un policía de 30 años que “se mueve como nadie” por la zona de exclusión; Alexandra Jiménez, Julia, una médico especialista en seguridad nuclear, y Emma Suárez, Marta, la exmujer de Héctor, componen los principales personajes. El elenco se completa con Sergio Pérez, Barrero, un chico de barrio que vende tabaco radioactivo; Carlos Bardem, Krusty, un trabajador de las obras de desmantelamiento de la central nuclear accidentada; Manuel Solo, Alfredo, un policía de la central de Madrid, y Juan Echanove, Fausto, un empresario de la construcción. Con estos elementos, los hermanos Sánchez-Cabezudo, que además de la dirección han escrito el guión y han asumido las tareas de producción, han elaborado una historia que evoca “el momento posterior a una crisis”. “Como en la crisis económica, aquí también hay gente que se beneficia gracias a los subsidios del Gobierno, se ve cómo aparece la ira y se delimitan con claridad las responsabilidades derivadas”, dijo Alberto. El director destacó que, “en definitiva, queda al descubierto quién paga la crisis y quién se beneficia de ella”. - Efe