pamplona. El médico psiquiatra Gregorio Armañanzas acaba de presentar su primera novela, titulada El atrapasueños, un texto en el que reflexiona sobre la violencia, el separatismo o la influencia de la Guerra Civil en las personas, utilizando Jerusalén como espacio "simbólico de los conflictos".

Armañanzas comentó en conferencia de prensa que para él Jerusalén es "un espacio mítico y simbólico de los conflictos y la violencia" y, por eso, ha elegido este lugar para intentar profundizar en el alma y las motivaciones de las personas que ejercen el terrorismo. "He querido reflexionar por medio de esta novela sobre lo que nos pasa aquí y ahora, en Navarra y en España. Sobre lo que pasa con la violencia de ETA, con el separatismo, con las escisiones en grupos, con las identificacones en sectores y, detrás de eso, lo que pasa con la herencia de la Guerra Civil que tenemos", afirmó.

El escritor tambiénargumentó que desde su posición de psicoterapeuta "siempre he querido tener en el trabajo a un terrorista, a un violento que elaborara todo ese problema. No lo tuve, pues me lo he inventado", dijo. En la novela, se pregunta "cómo se puede elaborar, vivir y digerir los profundos sentimientos de culpa de quien ha matado", y "cómo hemos recibido la herencia de la Guerra Civil"

Por ello, sitúa la problemática en Jerusalén "reflexionando sobre cómo han recibido ellos la herencia del Holocausto y de toda la historia judía, que genera más guerras, y si podemos hacer algo para que eso no sea así más".

Armañanzas apuntó que esta obra es fruto de dos años de trabajo y que, aunque es su primera novela, no será la última, ya que "uno escribe para que la traición de la memoria no funcione, para que las cosas queden, para que las cosas persistan y la muerte no se lleve lo que uno ha vivido o para que lo que hemos aprendido llegue a más".

Con El atrapasueños, ha iniciado "una incursión en un mundo nuevo" en el que ha entrado "de puntillas", según señaló, ya que antes de escribir, "pensaba que los escritores vivían en el olimpo, en un lugar remoto, lejano y alto desde el cual escribían sus mensajes a los humanos". Ahora sabe que "para escribir hace falta ser sensible a lo que vives y ves en el entorno, un manejo del lenguaje mediano y luego mucha terquedad para persistir, corregir, releer y revisar".