madrid. Álex de la Iglesia acaba de comenzar el rodaje de su noveno largometraje, Balada triste de trompeta, una "tragedia grotesca de terror cómico" que explica a través de una historia de payasos, televisión y terrorismo el "circo" que fue la España de los años 70, explicó el director, también guionista.

Con presupuesto de siete millones de euros, el rodaje durará nueve semanas y se hará en localizaciones de Madrid, Alcoy y los Estudios de Ciudad de La Luz (Alicante), dijo el director en una rueda de prensa, organizada en el Parque de Atracciones de Madrid donde transcurre una escena de amor entre la bella Natalia (Carolina Bang) y el payaso Javier (Carlos Areces). En la película, "Carlos es una visión grotesca de mí mismo, y Carolina es el deseo, pero con un alto componente de inocencia que hace que su carga de sexualidad brutal sea aún más excitante", desvela De la Iglesia sobre argumento y personajes; es decir, poco: él querría que la gente la viera por primera vez "sin saber".

La "clave" de la película es el modo en el que se entremezcla la historia real de España en los años que comenzaron tras el atentado que costó la vida al entonces presidente del Gobierno Luis Carrero Blanco y el drama que ocurre en un circo: dos payasos terroríficos y desfigurados que se enfrentan a muerte por el amor de una bailarina. De la Iglesia ha elegido esta etapa de la historia de España porque "ejemplifica perfectamente el caos y la locura de este país; de eso habla la película, de que aquel año, España era un circo". "Ahora también -añade-, pero han cambiado los payasos".

En los años 70 que él recuerda, los Payasos de la Tele y la muerte de Carrero Blanco marcaron una época y "conformaron su cerebro", como a todos los de su generación -dice-, porque fue cuando "se definió" lo que hoy es España: "todo estaba a flor de piel, se vivía todo con una intensidad increíble, no había medias tintas", opina De la Iglesia.

Reconoce que sus "paranoias" se repiten en todas sus películas: la idea de un payaso asesino "ya está en El día de la Bestia, y se apunta en 800 balas, Perdita (Durango), y Crimen (Ferpecto): pero no tiene nada que ver -apunta- con Los crímenes de Oxford", su última y exitosa película, vista por millón y medio de personas.

Balada triste de trompeta es una película donde dentro hay muchas películas. Sí ha contado que la primera escena recrea el magnicidio con una explosión "artesanal" -una detonación por aire sobre trozos de corcho y escayolas- en lo que es "otro modo de hacer cine", ha señalado De la Iglesia, que sólo utilizará la digitalización para los toques finales.