marcilla. La orden de los Agustinos Recoletos ha dado un sentido artístico al claustro interior de su monasterio en Marcilla. Allí se ha creado una imponente galería con unos 600 metros lineales de pared para albergar exposiciones diversas. La primera que inaugura el museo recoge la obra del pintor madrileño Juan Barba (1915-1982), maestro de la penumbra y el desgarro. La colección, propiedad de los Agustinos y de la familia Morueco, ha salido a la luz en los últimos meses y el conjunto asciende a más de 200 lienzos y carboncillos, de los que se han seleccionado 101 para esta muestra temporal.
Con un estilo propio y lleno de fuerza, los cuadros de Juan Barba recogen motivos populares con trazos que pueden recordar a Velázquez y a Goya. Por su parte, su obra religiosa transmite un misticismo apasionado, donde el gusto por los colores y su simbología recuerda al Greco. La obra pictórica de Juan Barba alcanza su mayor grandeza en espacio y en calidad en el mural dedicado a San Nicolás de Tolentino, en la cripta de la iglesia de Santa Rita de Madrid (1959). Otra obra más popular del pintor es el lienzo Pelando la pava, del Corral de la Morería de Madrid, colgado al fondo del tablao y usado por Lucero Tena en sus actuaciones, incluso de fuera de España.
Barba y marcilla La obra de Barba en la iglesia de Santa Rita de Madrid y su amistad con Antonio Cruz, un joven recoleto al que da clases de pintura, serían garantía para un segundo ciclo de pinturas encargadas por los agustinos, esta vez en el monasterio de Marcilla. Barba se trasladó a la localidad navarra para pintar a los cuatro evangelistas en las pechinas de la cúpula de la iglesia conventual. Durante ese tiempo, su mujer le acompañó y se hospedó en el pueblo, fuera del convento. Además, dentro de la extensa colección hay bocetos (algunos en el reverso de lienzos); cartulinas; grabados en plancha y láminas de cobre; dibujos a carboncillo, dibujos realizados con la técnica de blanco sobre negro o a un solo color, a veces realizados a la cera; óleos sobre tabla y lienzo, incluso algún raro dibujo al pastel sobre lámina de cobre o de sanguina.
De la formación al arte La exposición fue presentada ayer en el monasterio por el alcalde de Marcilla, José María Abárzuza; el prior provincial de los Agustinos Recoletos, Francisco Javier Jiménez; el prior del convento, Carlos Imas, y Luis Gonzalo, responsable de proyectos de MT Educación y Formación. Jiménez recordó que durante 145 años, en el convento se han formado unos 2.000 misioneros, y desde el año 2005 se ha buscado una nueva funcionalidad al monasterio, que estuviese ligada con la educación, el arte y la espiritualidad. El alcalde deseó que con este museo y la futura inauguración de Castillo de Marcilla la localidad logre un mayor impulso turístico. Por su parte, el encargado de la visión promocional de la exposición, Luis Gonzalo, adelantó una invitación al Gobierno de Navarra para que fomente este tipo de proyectos con sus ayudas.