PAMPLONA. En un primer momento alude que "no tiene mucho que decir" y que se siente cómodo en calidad de ex, un estado de ánimo que califica de ideal. Fue una de las caras más solventes y serias de TVE en su etapa de Días de cine, pero bajo la escama de la sorna y la ironía se esconde un discurso alentador y sincero. Antonio Gasset (Madrid, 1946), sobrino segundo del filósofo Ortega y Gasset, atiende la llamada telefónica en Berlín, ciudad en la que vive y ha visitado desde hace años. Desde que cubrió la caída del muro para Informe semanal. "Quién me iba a decir año y medio más tarde que iba a acabar enamorado de una berlinesa y que iba a formar una familia aquí en Berlín", comenta.
Ha sido un comentarista singular hasta que se jubiló. ¿Sigue desvinculado del mundo del cine? Sinceramente hay que ser consecuente con la edad y con uno mismo. Me encantaría seguir trabajando, pero tampoco he tenido grandes ofertas. Ahora me toca otra vida completamente distinta. Y por supuesto, de gran nostalgia respecto a mi trabajo televisivo. Estar jubilado no se lo deseo a nadie; es parte de la vida y hay que aceptarlo. La jubilación es la primera frase de la nota necrológica.
Quizás el premio le sirva para volver a la primera línea y volver a conectarse al cine... Una de mis características es la abulia. Soy tremendamente abúlico y muy vago. Pero tampoco te creas que haya tantas ofertas. He tenido alguna de la radio. Algo haré. Quizás el premio este, que ha sido una total sorpresa, sea un estímulo para regresar de alguna manera, pero vamos, tampoco lo tengo muy claro.
¿Echa de menos los festivales o los estrenos de cine? Sería muy frívolo de mi parte decir que echo más de menos el mundo de los festivales. Evidentemente en Cannes, Venecia, Berlín o San Sebastián, lo he pasado muy bien, pero vamos, advierto que en San Sebastián echo más de menos un rodaballo en Getaria que el festival en sí. Tampoco te creas que soy un fanático del cine. Ni lo he sido nunca. Más bien, he sido un descreído de todo y de nada.
¿Cuál es su posición ante un festival de categoría A como San Sebastián? No lo digo con acritud, pero al festival de San Sebastián le he dado mucho y en las jubilaciones te quedas invisible. El anterior director, Olaciregui, me llamó y fui jurado en 2009, en el jurado de las óperas primas. Tengo un recuerdo mejor como jurado que como crítico o comentarista de cine. Cuando te jubilas, desapareces de verdad. Alguna vez he echado de menos una invitación de fin de semana o un "acércate por aquí". Me parece normal que se olviden de ti. Y quizás yo, cuando estaba en activo, tuve la misma actitud con gente mayor que se iba a jubilar. Pero bueno, soy muy feliz con mis amigos o con la vida que llevo.
En muchos países se ha menospreciado el valor del comentarista de cine veterano a favor del periodista joven y multimedia. ¿Qué opina? Me parece que lo bueno es que quien te sustituya sea mejor que tú, te iguale o sea un incentivo. Lo que sí me da rabia es que muchas veces se contrate a una persona joven para pagarle menos. Las nuevas generaciones lo tienen muy difícil en un mundo profesional muy despiadado. A veces se tiene más en cuenta lo que se le va a pagar antes que su valía profesional.
'TVE' ha sido responsable de muchas producciones españolas. ¿Cómo afrontaba el tratamiento del cine español en 'Días de cine'? En Días de cine tuvimos una actitud inicial que después no se cumplió, las cosas como son. Intentamos hablar de cine español de una forma lo más objetiva posible. Al ser una cadena pública no convenía cargar mucho las tintas a favor o en contra y había que ser informativo. Fue incómodo, pero no estuve de acuerdo hablando del cine español y me creció la nariz más de una vez. Informar tiene algo de interpretación. No de falsedad, pero no siempre se dice la verdad. No tengo sentimiento de culpabilidad. Pero me he sentido pinocho más de una vez hablando de cine español.
¿Se refiere a alguna película en concreto? No, porque sinceramente no me acuerdo, y aun así, preferiría no decirlo.
¿Cuándo fue la última vez que fue al cine? La ultima vez que estuve en una sala de cine fue en San Sebastián, hace dos años. En casa veo películas casi siempre antiguas. Soy bastante dado a las series, no de las típicas de culto. Soy un obseso de Dos hombres y medio y que Charlie Sheen haya dejado la serie ha sido un disgusto horroroso para mí. Veo películas antiguas, aleatoriamente. Asisto a los estrenos con cuatro o cinco meses de retraso.
'Días de cine' hacía un guiño a la versión original. Yo intento ver en versión original. Son parte sustancial del resultado final. Hablo inglés y francés; soy casi bilingüe.
¿Y alemán? Me alegro de que me hagas esa pregunta y me vas a dejar mal, pero no he conseguido hablar en alemán. Bueno, para ir a la compra, me valgo. Como en otras muchas cosas, tengo mi culpa, y mi hija me lo echa en cara. Todas mis relaciones amorosas han sido en castellano. Mi sexualidad es en castellano.
Sigue estando en forma en cuanto a titulares. ¿Cómo preparaba sus famosas entradillas? Estaban escritas previamente y las grababa. Me acuerdo que las grabaciones eran el martes y los miércoles. Siempre he tenido una facilidad enorme para decir sandeces. Los pensamientos profundos me han costado más. Para mí el humor es lo que me ha salvado; el humor es esencial.
Tuvo un pequeño papel en 'Arrebato', de Iván Zulueta. ¿Cómo dio ese pequeño gran salto? Mi participación en Arrebato fue mínima y me di cuenta que como actor no tenía futuro ninguno. Aprender algo nuevo sobre ti mismo viene muy bien y tuve una relación cercana con Zulueta. Fui muy amigo de él y tengo un enorme recuerdo de él incluso cuando trabajamos. Formé parte del guión aunque quedó poco de mis aportaciones entre otras cosas porque eran mejores las suyas. Tuve un recuerdo imborrable de esa época, de Jaime Chávarri, de uno de los productores. Éramos un grupo que echo bastante de menos.
La Academia española de cine le pidió que programara un ciclo, y eligió, entre otros, la extraordinaria 'El desencanto', de Jaime Chávarri. La Academia de cine me propuso que eligiera algunas de las mejores películas del cine español. Y como cada día que pasa podría cambiar la lista, siempre se cae en tópicos. Ya sabemos que Plácido o El verdugo son obras inmejorables e importantísimas, pero quería elegir a autores vivos y amigos. Jaime Chávarri, aparte de un enorme amigo, es un gran director de cine y a Ventura Pons le he tratado menos. Amic/amat me parece una obra maestra del cine español y Sin noticias de Dios, de Agustín Díaz Yanes, otro íntimo amigo mío, no podía faltar, como La pistola de mi hermano, de Ray Loriga, otro amigo. He procurado buscar calidad y amistad. Quien pretenda ser objetivo creo que se engaña bastante a sí mismo. Cuando un crítico me dice que ha sido totalmente objetivo, tengo dudas de que eso sea posible. O que fuera sano.
¿Se ha planteado escribir algún libro sobre cine o sobre los ex? En el fondo, la pereza y la inoperancia me lo impiden. Creo que batiría récords mundiales. Soy el gran presidente del sindicato de inoperantes y vagos y lo tengo ahí aparcado. Si me viene a la cabeza, me voy de vacaciones a Formentera y se me pasa. Luego me deprimo... En Días de cine dije que hacer una limpieza en el móvil todos los días era saludable. Ejerzo de ex y me encanta. Ser padre, mucho más.