san sebastián. El director Antxon Ezeiza, uno de los nombres históricos del cine vasco, falleció el martes a media tarde San Sebastián a la edad de 76 años víctima de un cáncer. Según confirmaron fuentes próximas al realizador, éste pasó sus últimos días "con unas ganas de vivir enormes" y con "la cabeza lúcida prácticamente hasta el final".
Sus familiares y amigos le despidieron ayer en el crematorio de Polloe e instituciones cinematográficas como la Filmoteca Vasca trabajan ya en la preparación de homenajes al ideólogo de la serie Ikuska y autor de títulos como Último encuentro (1967), que concursó en Cannes, o Ke arteko egunak (1989), que hizo lo propio en el Zinemaldia donostiarra.
biografía La relación de Ezeiza (Donostia, 1935) con el Séptimo Arte comenzó temprano en los cineclubs donostiarras. Tras licenciarse en Derecho, estudió cine en la Escuela Oficial de Madrid y trabajó como ayudante de directores de la talla de Juan Antonio Bardem y Jorge Grau. Estrechó lazos con el productor y cineasta hernaniarra Elías Querejeeta, con quien firmó dos cortos: A través de San Sebastián (1960) y A través del fútbol (1961).
Sus primeros largometrajes, producidos por Querejeta, se enmarcaron en aquello que se dio en llamar Nuevo Cine Español: El próximo otoño (1963), De cuerpo presente (1965), Último encuentro (1966) y Las secretas intenciones (1969). Según la biografía de la página web de la Filmoteca, aquella etapa concluyó cuando el cineasta se vio "en una encrucijada difícil de superar: ser miembro de la intelectualidad española por un lado y vasco obsesionado con la situación de Euskadi por otro".
En 1973 Ezeiza se exilió a Centroamérica por motivos políticos y allí rodó dos títulos, Mina, viento de libertad (1976) y El complot mongol (1977). El donostiarra mantuvo contacto con los movimientos de liberación latinoamericanos y, tras la amnistía, en 1977 regresó a Euskadi reafirmado en sus posturas nacionalistas. De ahí que, instalado ya en su tierra, decidiera sentar las bases de una cinematografía nacional vasca, algo que se transformó en una obsesión.
'ikuskas' Así, Antxon Ezeiza fue uno de los principales impulsores, como director y productor, de la conocida serie Ikuska (1978-1985). Tal y como recuerda la Filmoteca Vasca, aquel trabajo consistió en un total de "20 cortometrajes de corte documental sobre Euskal Herria -esa era una condición imprescindible- en euskera, dotados de una estética homogénea debida a la utilización de un mismo equipo técnico y con un evidente contenido nacionalista".
Ezeiza realizó el número cero, Erreferenduma, centrado en el referéndum constitucional. Después dirigiría también otros trabajos de la serie como Artzainak, Bertsolariak o el número 20, que cerraba toda la obra. Entre los ilustres autores de otros ikuskas figuran nombres como los de Montxo Armendáriz, Imanol Uribe y Juanmi Gutiérrez.
Su esquema del cine vasco, "basado ante todo en el protagonismo del euskera y el ideario político de la izquierda abertzale, chocó frontalmente con la realidad de una producción cinematográfica subvencionada por el Gobierno Vasco", lo cual no impidió que Ezeiza siguiera defendiendo sus aspiraciones.
En 1989 firmó Ke arteko egunak (Días de humo), la primera película en euskera presentada en el concurso del Zinemaldia. Protagonizado, entre otros, por Pedro Armendáriz Jr., Patxi Biskert, Teresa Calo y Xabier Elorriaga, el filme narraba el regreso de un emigrante al conflictivo País Vasco de los años 80 y "despertó los recelos de la crítica que no perdonó su ideología abertzale". Su último filme, Felicidades, tovarich (1995), pasó muy desapercibido.
En el año 2003, durante la 51ª edición del Zinemaldia, Ezeiza recibió el Premio Ama Lur a toda su trayectoria.