Familiares y amigos despiden al actor navarro Alfredo Landa
sus restos mortales serán incinerados hoy en el cementerio de colmenar viejo Genio y figura del 'landismo', dejó papeles para el recuerdo en 'Los santos inocentes', 'El crack' o 'El bosque animado'
madrid/pamplona. Familiares y amigos de Alfredo Landa han acudido esta mañana al Tanatorio de Colmenar Viejo (Madrid) para dar su último adiós al célebre actor navarro.Tras la incineración, sus restos serán previsiblemente trasladados a Pamplona, ciudad natal del actor donde la familia posee un panteón.
Varios amigos y compañeros de profesión se han acercado a este tanatorio. Entre ellos, Jesús Guzmán, Manolo Zarzo, Pepe Carabias, el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, y el empresario Enrique Cerezo.El deseo de los familiares de Alfredo Landa es despedir al intérprete en la más estricta intimidad. Por ello, no se ha realizado ningún homenaje o velatorio previo a su entierro.
Alfredo Landa, icono y estandarte del landismo y protagonista de películas como El bosque animado (1987) y Los santos inocentes (1984), falleció ayer en Madrid a los 80 años, según informó la Academia de Cine. Su cuerpo será incinerado hoy en el Cementerio del Tanatorio de Colmenar Viejo a las 11.30 horas.
Landa ha muerto apenas dos meses después de cumplir los 80 años y tras permanecer retirado de la vida pública desde 2008. De ese año datan sus últimas apariciones públicas, cuando recibió el Premio de la Unión de Actores por su papel en Luz de domingo, de José Luis Garci, la Medalla de Oro del Ayuntamiento de Madrid y el Premio Príncipe de Viana a la Cultura 2008, de manos del Príncipe de Asturias. En enero de 2009 ingresó en la UCI del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid después de sufrir un ictus cerebral que le obligó a desplazarse en una silla de ruedas durante varios meses.
Pero su ausencia física no ha hecho que haya sido olvidado por el público, que ha desbordado Twitter con sus comentarios anónimos en los que lamenta la desaparición del protagonista del landismo. Su estado de salud ha sido objeto de múltiples rumores, nunca contrastados, que apuntaban a un problema degenerativo, algo que se acentuó en 2007 cuando recogió un Goya de Honor con un discurso entrecortado y en el que sus palabras no fluyeron de manera adecuada. Una gran ovación arropó entonces al actor, frente al silencio que provocó ayer su fallecimiento.
actor de raza Alfredo Landa nació en Pamplona el 3 de marzo de 1933 y, con 25 años, abandonó la carrera de Derecho pese a la oposición de su familia y se trasladó a Madrid para convertirse en actor con "sólo 7.000 pesetas y una carta de recomendación en el bolsillo". "Yo avisé a mi madre: 'Mamá, si no me dejas irme, me quedo y acabo la carrera; pero si a los 40 años soy un infeliz, te echaré la culpa a ti'. Y ahí se acabó la discusión. Me dijo: 'Vete'. Tardé una semana en meterme en un Expreso a Madrid", aseguró el actor en una entrevista.
Ya en Madrid, y gracias a su experiencia como intérprete en el teatro universitario, consiguió sobrevivir a base de pequeños papeles en las salas de Madrid. Fue en una de esas salas, el Teatro María Guerrero, donde captó la atención del director José María Forqué. "Forqué y -el también cineasta- Pedro Masó se fijaron en mí en el María Guerrero. Masó le preguntó a Forqué: 'Oye, ¿quién coño es el bajito ese?' [...] Y tres días después me soltó Pedro Masó: 'Bueno, usted va a empezar en el cine por la puerta grande", afirmó. De esta forma, debutó en la cinta Atraco a las tres (José María Forqué, 1962).
'landismo' Este subgénero de la comedia, que nació en torno a la figura del actor y que fue muy mal recibido por la crítica, se prolongó a lo largo de los años setenta coincidiendo con los últimos coletazos del Franquismo y la explosión del turismo internacional en España. A pesar de su mala prensa, el actor nunca renegó del landismo y siempre se sintió orgulloso de prestar su apellido al subgénero. "Yo no creé esa palabra, pero estoy agradecidísimo al tío que la creó. El landismo ha marcado y, aunque muchos se han referido a él peyorativamente, hoy se habla de él como un fenómeno de la sociedad", afirmó. De esta etapa destacan cintas como Cateto a babor, No desearás al vecino del quinto (Ramón Fernández, 1970) o Vente a Alemania, Pepe (Pedro Lazaga, 1971).
Giro dramático Tras casi 15 años dedicado a la comedia, un género que nunca abandonaría totalmente, Alfredo Landa demostró su capacidad para interpretar papeles dramáticos en la cinta El Puente (Juan Antonio Bardem, 1976), que supuso un punto de inflexión en su trayectoria. A partir de entonces, gozó del apoyo de la crítica y comenzó a recibir ofertas para cintas dramáticas, entre las que destaca Los santos inocentes (Mario Camus, 1984), que le valió el premio al mejor actor en el Festival de Cannes junto a su colega Paco Rabal. En esta etapa, la última de su carrera, figuran títulos como El crack (José Luis Garci, 1981), La vaquilla (Luis G. Berlanga, 1985), Tata mía (José Luis Borau, 1986), El bosque animado (José Luis Cuerda, 1987) o Canción de cuna (José Luis Garci, 1994).
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