novela

nada que perdonar

Autor: Alberto Ladrón. Editorial: Txertoa, 2014. Páginas: 240.

después de ofrecernos Las manos del carpintero, Txertoa insiste en la obra de Alberto Ladron Arana a través de Nada que perdonar, novela de corte policíaco que se presentó en 2011 con el nombre de Zer barkaturik ez al cuidado de los responsables de Elkar, historia ahora vertida en la lengua de Cervantes por el propio autor. ¿Resultado? Un libro ameno y sujeto a los cánones del género en su vertiente más tradicional que permite conocer a un escritor joven pero suficientemente preparado, algo evidente en Nada que contar, donde muestra una mayor madurez narrativa, cosa buena y muy de agradecer.

El principal personaje, Mikel, es funcionario de Hacienda en Navarra, tiene que vérselas con un hermano descerebrado y anda poco entusiasmado con la aventura de vivir cuando recibe la visita de una bella y joven mujer en busca de información sobre las andanzas de su abuelo en el Pirineo durante la II Guerra Mundial. Todo ello (y el hecho de enfrentarse a unos hechos que guardan relación con alguna fechoría de su pariente más cercano) hace de Nada que contar, una cita con el drama cercano, pues no es otra cosa este plato que su autor ha cocinado a fuego lento con picantes políticos forales y grandes dosis de desencanto: “quería ver a Lucía, necesitaba verla. La última vez que abrió los ojos, la habitación estaba a oscuras. En el reloj de la pared pudo entrever que eran las tres de la mañana. Ni rastro de Lucía. Se durmió con aquella sombra en el corazón”.