pamplona - La segunda sesión cinematográfica de Pamplona Negra estuvo protagonizada ayer por el realizador pamplonés Patxi Amezcua, que asistió a la proyección y coloquio de 25 kilates, su ópera prima. Estrenado en 2009, el filme fue alabado por la crítica y recorrió festivales de medio mundo, aunque no logró llegar al gran público, principalmente por una distribución limitada y una promoción escasa. Para el director fue frustrante, pero también aprendió. De todos modos, la compensación le vino en 2013 con el éxito internacional de Séptimo. Y este año espera un estreno, el de Atrapa la bandera, largo animado en el que ha participado como guionista y que dirige Enrique Gato, el mismo que Tadeo Jones, y está negociando con Telecinco la financiación de una cinta de género negro que se ubica en la Barcelona de los años 20, cuando patronal y sindicatos andaban a tiro limpio, “al más puro estilo Chicago”, dice.

Armar una producción cinematográfica es muy complicado. A pesar de la repercusión de Séptimo y de su solvente trayectoria como guionista, Amezcua sabe que en el sector del cine “con cada proyecto vuelves a empezar”. Así se lo comentó este periódico horas antes de asistir en Baluarte al pase de 25 kilates en la semana negra que se celebra hasta el viernes en el auditorio y que, en su opinión, “es una gran idea”. “Siempre he leído mucha novela negra y como espectador también es el género que más disfruto”, así que esta clase de ciclos son un buen vehículo “para poner en valor, y promocionar este tipo de historias que parece que vuelven a estar de moda”, afirma el realizador, que confiesa que le dio “pena” que después de dedicar más de dos años de su vida a la escritura, preproducción, rodaje y montaje de su ópera prima, “tuvo una distribución pequeña, con pocas copias, y muy poca promoción, de modo que mucha gente ni supo que existía la película”. Sin embargo, “eso no dependía de mí” y a quienes a vieron “les gustó”, así que por ese lado está satisfecho. Y también porque “es una película muy mía”. “Al ser un guión que escribí por mi cuenta y riesgo, tenía un tipo de tramas y de personajes que me interesaban y un mundo que me apetecía retratar”, indica. Además, al ser el primer título que dirigió -ya había escrito El viaje de Arian y Trastorno- “fue un bautismo de fuego muy especial y el recuerdo es muy bueno”.

La “otra cara de la moneda” fue Séptimo, su segundo filme, donde tuvo el respaldo de T5, “que vende muy bien sus películas”, y de la distribuidora Fox, que tiene “una gran capacidad de salir con muchas copias”. La campaña en ese caso fue “muy potente” y la “presión”, claro. “Todo el mundo quería opinar, ayudarte, pero también condicionarte en cierto sentido; la ventaja es que tienes una repercusión mediática tremenda”, y si los protagonistas de la película son Ricardo Darín y Belén Rueda, mucho más. “No podía ni soñar con un casting más perfecto”, señala el realizador, que coescribió esta historia junto a su amigo Alejo Flah, natural de Buenos Aires, donde se desarrolló el rodaje. “Todo comenzó casi como una broma entre Alejo y yo y acabó teniendo una envergadura bestial”, añade sobre esta historia que ahonda en los “miedos más básicos” de las personas, en este caso, de los padres, que siempre temen perder de vista a sus hijos.

de cero ¿Y después de Séptimo? “No sé en otros sectores, pero en esto siempre hay que comenzar de cero una y otra vez, aunque seas Amenábar. No importa tu currículum, si tu guión no gusta a las teles, no tienes nada que hacer”. Y en esas está Patxi Amezcua, a punto de cejar en su empeño de llevar al cine 19:30, el texto que escribió para el teatro y que retrata las alcantarillas del poder. “Algunas de las teles con las que he hablado me han dicho que no le ven salida comercial porque habla de cosas que salen todo los días en los telediarios y yo creo que precisamente por eso funcionaría”, y más teniendo en cuenta que todavía no se ha hecho nada parecido en el Estado. “A mí me parece que ver a políticos y periodistas en esos espacios donde no les vemos habitualmente sería muy atractivo y también un reto interesante”, agrega, y baraja “como última opción” el resultado de las conversaciones que mantiene con TVE. Si no se suma, abandonará el proyecto.

Con otro guión ha tenido más suerte. “Los que nos dedicamos a esto sabemos que debes tener varias propuestas en marcha por si alguna no sale”, dice, y en este caso se refiere a un largo “al más puro estilo de las películas de gánsters de los años 20”, localizada en la Barcelona de aquella década, cuando patronos y sindicalistas organizaban asesinatos y mantenían unos enfrentamientos sangrientos y constantes. “La estética sería la más clásica del cine negro, con trajes, sombreros, gabardinas... Y parece que a Telecinco le ha gustado, ahora estamos hablando de cómo la hacemos”.

para toda la familia Amezcua no desatiende en absoluto su faceta como guionista, “que es de donde vengo”, y que le permite escribir toda clase de argumentos. Como el de Atrapa la bandera, un filme de animación dirigido a toda la familia que se estrenará el 28 de agosto. “Es una producción muy potente” del director de Tadeo Jones que tendrá un lanzamiento internacional de mano de la Paramount. Casi nada. Eso sí, insiste en que, si le dan a elegir, lo suyo es el cine negro. “Conozco bien las claves y creo que sé hacerlas funcionar”. Además, el género es, seguramente, el camino por el cual se están recuperando muchos espectadores para la industria española. “Durante muchos años, parte del alejamiento entre público e industria se debía a que se hacían películas que no enganchaban, y eso se está solucionando en parte gracias al género, que también admite toques de autor”, afirma. De todos modos, se haga el producto que se haga, “luego hay que venderlo como algo apetecible; la promoción es fundamental”, persiste.

Lorenzo Silva. Pamplona Negra atravesará hoy su ecuador con una jornada en la que destaca la presencia de uno de los maestros de la novela negra española de los últimos años. Se trata de Lorenzo Silva, que a partir de las 18.15 horas ofrecerá una charla titulada No es país para héroes... ¿O sí? El autor madrileño, Premio Planeta 2012 con la novela La marca del meridiano, es conocido especialmente por sus novelas policíacas que protagonizan los guardias civiles Bevilacqua y Chamorro. Su obra El alquimista impaciente, que obtuvo Premio Nadal del año 2000, le valió el reconocimiento internacional.

Otra escena del crimen. Después de la charla, tendrá lugar la segunda sesión del apartado La escena del crimen, a cargo de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil.