pamplona - Dentro de las sesiones de cine programadas en el seno de Pamplona Negra, la de ayer quizá fue la más especial, ya que se centró en la figura del guionista tudelano ya fallecido José Germán Huici, prácticamente desconocido en Navarra. La organización del festival quiso rendirle homenaje con la proyección de Distrito quinto, una de las historias de cine policíaco que escribió durante sus años en Barcelona. Al pase, presentado por Alberto Cañada, responsable de la Filmoteca, asistió su único hijo, el periodista Fernando Huici March.
José Germán Huici nació en Tudela en 1922 y pasó su infancia en Bilbao. Su padre, Germán Huici (Valtierra, 1894-Barcelona, 1983), había estudiado cámara en la casa Pathé, en París, y además fue crítico de cine en el diario El Nervión. Asimismo, hasta 1931 ejerció de distribuidor de la edición española de la revista Cine Mundial, editada en Hollywood. En 1932 fundó, bajo el seudónimo de Eduardo Galindo, la revista Cine Arte, de la que publicó seis números en Bilbao y que más tarde siguió editándose en Barcelona de la mano de un socio catalán. “La vinculación de mi abuelo con el cine fue determinante para el despertar de la vocación cinematográfica de mi padre”, explica Fernando Huici.
Al estallar la Guerra Civil, la familia volvió a Tudela. En 1940, José Germán Huici ganó en Madrid una oposición a funcionario de la Administración del Estado. En 1946 le destinaron a Barcelona, adonde poco después le siguieron sus padres y sus cuatro hermanos. En 1951 se casó con la novelista María Teresa March y en septiembre de 1952 nació su hijo Fernando. Entre 1952 y 1970, desarrolló su carrera como guionista en la ciudad condal, firmando títulos como Duelo de pasiones, Distrito quinto, Un vaso de whisky -“su favorita y su primer gran éxito”-, Los muertos no perdonan, Fin de semana con la muerte o Las piernas de la serpiente, la mayoría dirigidas por Julio Coll.
De 1971 a 1981 vivió en Madrid como administrador del Instituto Oftálmico Nacional y posteriormente regresó a Barcelona. En 2001, ya enfermo, se volvió a instalar en Madrid, donde falleció ese mismo año.
“emocionado” Para toda la familia, “es un enorme honor el hecho de que se le rinda un homenaje en la tierra que le vio nacer”, afirma Fernando Huici, convencido de que su padre “se hubiera sentido muy emocionado”. “Siempre mantuvo vivos lazos con Navarra”, a la que volvió muchas veces. A título anecdótico, Fernando recuerda que su padre estuvo tiempo suscrito a La Voz de la Ribera, periódico local de Tudela.
En cuanto a su carrera cinematográfica, José Germán Huici no escribió solo guiones de cine negro, “aunque sí tuvo particular inclinación a este género”, como también era lector de novela policíaca, “con especial predilección por Simenon”. Como explica su hijo, la labor de guionista “fue sin duda su principal vocación personal” y su trayectoria estuvo “estrechamente ligada a la figura del director Julio Coll”. A veces trabajaba por encargo y otras escribía directamente inspirado a partir de hechos reales. Sus influencias eran variadas, pero “le gustaba mucho el guionista norteamericano Robert Riskin, que escribió algunas de las películas clave de Frank Capra”, y admiraba a directores como Ford, Huston, Hitchcock, Hawks o Lubitch, además de a italianos como De Sica, Visconti, Fellini, Comencini o Dino Risi.
Filmografía. Rostro al mar, 1952, de Carlos Serrano de Osma; Mercado prohibido, 1952, de Javier Setó; La montaña sin ley, 1953, de Miguel Lluch; Duelo de pasiones, 1956, de Javier Setó; Distrito quinto, 1957; Un vaso de whisky, 1958; Los cuervos, 1962; Los muertos no perdonan, 1963; La cuarta ventana, 1963; Fin de semana con la muerte, 1966, y El mejor del mundo, 1970, todas de Julio Coll, y Las piernas de la serpiente, 1970, de Juan Xiol. En 1967, RTVE estrenó La maleta, de Juan Guerrero Zamora.
En febrero. La Filmoteca dedicará los jueves a la obra de Huici.